jueves, 11 de enero de 2018

ARCANO VIII - LA JUSTICIA


Cuando poseí las llaves,
leí el libro y entendí los símbolos,
me permitieron levantar la cortina del templo
y entrar a su Sanctum interno.
 
Y allí observé a una mujer
con una corona del oro y un manto púrpura.
 
Ella sostenía una espada en una mano
y una balanza en la otra.
 
Temblé con temor ante su apariencia,
que era profunda y misteriosa,
y fui arrastrado como a un abismo.

"Usted ve la Verdad", dijo la voz,
"en esta balanza todo es pesado".
Esta espada está siempre levantada 
para guardar la justicia,
y nada puede escapar a ella.

"Pero, ¿porqué evita ver la balanza y la espada? 
Ellas removerán las ilusiones pasadas.
¿Cómo podría usted vivir en la tierra sin estas ilusiones?

"¡Usted deseaba ver la Verdad
y ahora usted la observa!
 
Pero ¡recuerde qué le sucede al mortal
que observa una Diosa!"
 
Arcano VIII- La Justicia: Equilibrio, perfección.
 
La Justicia, número VIII, simboliza la perfección. Es la cumbre de la serie de los números pares: después de la acumulación del 2, del establecimiento del 4 y del descubrimiento del placer del 6, el 8 alcanza el estado en que no hay nada que añadir ni que restar.
 
El 8, en números arábigos, está formado de dos círculos superpuestos: perfección en el cielo y en la tierra. En la numerología del Tarot, es también el doble del 4, o sea un doble cuadrado: estabilidad en el mundo material y en el mundo espiritual.
 
Símbolo de compleción, La Justicia, con su balanza, equilibra nuestra vida. Pero equilibrio y perfección no son sinónimos de simetría. Al igual que el arte sagrado de los constructores de catedrales rechazaba la simetría como algo diabólico, la carta de La Justicia está estructurada de manera asimétrica: el pilar derecho de su trono es más alto que el otro y está rematado por una pequeña esfera amarillo oscuro que no aparece en el lado izquierdo: su collar sube más por la derecha, los platillos de la balanza no están en un mismo plano horizontal, su espada no está paralela a la columna de su trono...
 
Si se observa el movimiento de su balanza, se ve que La Justicia influye en él con el codo a la derecha, y con la rodilla a la izquierda. Esta «trampa» puede interpretarse de varias formas. Por supuesto, se le puede dar el sentido negativo de injusticia, de falsa perfección y de ardid que se justificará en ciertas lecturas. También se puede pensar que, con este gesto, La Justicia nos invita a no caer en el perfeccionismo: la exigencia de perfección es inhumana, puesto que lo perfecto queda inmóvil, insuperable y, por lo tanto, muerto. Nos invitaría entonces a sustituirla, mediante la astucia sagrada, por la noción de excelencia que permite a la acción ser dinámica y perfectible.
 
Por último, se puede pensar que la desigualdad de los platillos manifiesta la inestabilidad propia de la naturaleza y que le aporta un sostén inspirado por la misericordia divina. En este sentido, La Justicia es profundamente humana: su cabello de color carne, su vestido que se hunde en la tierra, la ligan al plano terrestre. Pero también tiene un punto de encuentro entre lo divino y lo humano: encima de su frente, el ribete blanco de su tocado denota un contacto con la pureza divina y, en su corona, un círculo amarillo rodeado de rojo, como un tercer ojo, indica que actúa en función de una mirada superior, de una inteligencia recibida del Universo.
 
Bien sentada en su trono, La Justicia, con sus atributos activo (la espada) y receptivo (la balanza) es también la primera figura que mira de frente, como más adelante el Sol, o el ángel del Juicio, mirarán al consultante. Invita de este modo a una introspección sin fisuras, a una inmersión en el presente. Este Arcano se desmarca así de las representaciones tradicionales de la Justicia con los ojos cerrados; su mirada encuentra la nuestra como un espejo, como una llamada a la toma de consciencia. Se trata ante todo de hacerse justicia a uno mismo, de darse lo que uno merece.
 
Bajo su codo, a la derecha, se ve una mancha violeta, la más voluminosa de todo el Tarot. Este color tan excepcional, tan secreto, es un símbolo de sabiduría. La Justicia está impulsada por la sabiduría. La luz azul cielo que emana de los platillos nos indica que en ellos pesa nuestra espiritualidad. Asimismo, la hoja de la espada está bañada en ese azul esencial, pues sirve para cortar lo superfluo, para separar lo inútil.
 
Con la mano que sujeta la balanza, La Justicia hace un gesto sagrado, un mudra en que los cuatro dedos de la mano, que representan las cuatro instancias del ser humano (pensamientos, emociones, deseos, necesidades corporales) se reúnen en el pulgar. El Arcano VIII transmite aquí un mensaje de unidad.
 
En su traje, nueve triángulos erguidos, en forma de pata de pájaro, sobre fondo azul recuerdan el armiño, signo de realeza. En este caso, la nobleza es la del espíritu sublime y de la acción sin defecto. En este sentido, La Justicia puede verse como el testimonio de nuestro Dios interior que nos impulsa a una evaluación sincera:
 
¿Nos hacemos justicia? ¿Somos misericordiosos hacia nosotros mismos y hacia los demás?
 
En una lectura
 
La Justicia, la encarnación más accesible del gran arquetipo femenino maternal de La Luna (XVIII), representa a menudo la madre o una mujer encinta. Esta carta abre también el campo a interpretaciones proyectivas fuertes: puede remitir a una figura materna normativa, castradora, y a todos los elementos destructores. Denota entonces una exigencia de perfección tan fuerte que traba al consultante en su realización, impidiéndole de antemano cualquier error. Asimismo, La Justicia remite a menudo a instituciones de Estado (justicia, administraciones...) cuyas decisiones son inapelables y que suscitan en el consultante la amenaza del castigo, de la culpabilidad.
 
Vista positivamente, sus cualidades de equilibrio, su espiritualidad (ocupa un doble cuadrado material y espiritual), sus ideas claras frente a la realidad podrán ser valiosos aliados.
 
La lección de La Justicia, con su espada y su balanza, es la de darse lo que uno merece separándose implacablemente de lo que uno no quiere. Enseña a decir sí y a decir no, a distinguir los juicios subjetivos de los juicios objetivos. Para ello, sabe ponerse en el lugar del otro.
 
Y si La Justicia hablara...
 
«Allí donde el espíritu tiene la misma dimensión que la materia, allí donde no se sabe si la densidad es la raíz del éter, donde el éter genera la densidad; allí, en ese equilibrio eterno e infinito, estoy yo.
 
La realización del universo es mi justicia; que dé a cada galaxia, a cada sol, a cada planeta, a cada átomo, el lugar que merece. Gracias a mí, el cosmos es una danza. Cada nacimiento, cada espiral, cada estrella que se apaga tiene su lugar en el universo.
 
Permito que cada ser sea lo que es; cada partícula de polvo, cada cometa, cada huérfano merece cumplir el cometido que la ley suprema le ha dado. A la menor desviación de ese decreto, pronuncio el castigo supremo: el que se desvíe será expulsado del presente. El bien que haces a los demás, te lo doy. Lo que no das, te lo quito. Cuando destruyes, te elimino. No sólo disuelvo tu materia, sino que borro toda huella tuya en la memoria del mundo.
 
Cuando aparezco en el cuerpo de una mujer, ésta se convierte en una verdadera madre. Dar a luz es conceder un lugar en el aquí y el ahora a la Consciencia infinita. Yo, madre universal, me sitúo en el cruce resplandeciente y monumental en que el océano de la materia entra en contacto con el alma impalpable, que se desintegra como una lluvia para hacer vivir cada fragmento denso.
 
Soy esa perfección que no pide ningún añadido ni tolera sustracción alguna: cuanto se me da ya lo tenía; cuanto se me quita no existía en mí. Cada instante es justo, perfecto. De la acción, elimino toda intención subjetiva.
 
Permito que las cosas sean exclusivamente lo que son. Doy a cada cual lo que merece: al intelecto, el vacío; al corazón, la plenitud del amor; al sexo, el placer de la creación; al cuerpo, la prosperidad, que no es sino la salud; a la quinta esencia, la Consciencia, le doy su centro, que es el Dios interior.»
 
Entre las interpretaciones tradicionales de esta carta:
 
Equilibrio - Estabilidad - Hacer frente - Plenitud - Perfección femenina - Acoger - Mujer encinta - Maternidad - Inflexibilidad -implacabilidad - Juzgar - Claridad - Prohibir - Autorizar - Dar (se) lo que se merece - Pensamiento límpido - Procesamiento - La ley -Deseo de perfección - Perfeccionismo - Espíritu crítico - Madre normativa o castradora - Trampa - Exactitud - Leyes cósmicas -Perfección - Armonía - Momento presente.
 
Palabras clave:
 
Mujer - Maternidad - Soberana - Balanza - Cimiento - Compleción - Decidir - Valor - Juzgar - Perfección - Presencia - Hacer trampa - Autorizar - Prohibir - Equilibrar...

 
 
 

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