MONOGRÁFICOS ESPECIALES

viernes, 11 de mayo de 2018

DEBERES DEL MASÓN HACIA LOS HERMANOS


En la inmensa multitud de criaturas que pueblan el universo, habéis escogido por un deseo libre, a los Masones para que sean vuestros HH.·.

Así pues, nunca olvidéis que todo Masón de cualquier religión o secta a que pertenezca o de cualquier país o condición que sea, presentándoos su mano derecha, símbolo de la sinceridad fraternal, posee derechos sagrados sobre vuestra asistencia y amistad.

Fiel al deseo de la naturaleza, que es la igualdad, el Masón volvió a establecer en sus Templos los derechos originales de la familia humana; jamás sacrifiquéis a las preocupaciones populares, pues el nivel sagrado iguala allí todas las clases y estados.
 
Respetad en la sociedad civil las distancias establecidas o toleradas por la providencia, a veces la vanidad las imagina, el criticarlas y el querer desconocerlas seria orgullo.
 
Pero sobre todo, guardaos de establecer entre nosotros distinciones facticias que no reconocemos.

Dejad las dignidades y decoraciones profanas a la puerta y entrad solo con la escolta y acompañamiento de las virtudes, cualquiera que sea vuestra rango o calidad en el mundo, y ceded el paso en nuestras LL.·. al mas virtuoso y al mas instruido.


 
Nunca os abochornéis al encontrar en publico a un hombre de calidad oscura pero de principios honrados que en nuestros asilos abrazabais poco antes como H.·. entonces se avergonzaría el orden de teneros en su seno y os pondría a la puerta con ignominia, para que fueseis a hacer ostentación de vuestro necio orgullo en el teatro profano del mundo.

Si vuestro H.·. está en peligro, volad a su socorro y no temáis exponer vuestra vida por servirle. Si se halla en necesidad, ayudadle con vuestros tesoros, y alegraos de poderlos emplear de una manera tan satisfactoria.
 
Habéis jurado practicar la beneficencia para con los hombres en general, la debéis con preferencia a vuestro H.·. que gime. Si está en el error y se extravía acercaos a él con las luces del entendimiento, de la razón y de la persuasión; volved a su redil la oveja descarriada y dad siempre la mano al infeliz caído para que se levante.

Si vuestro corazón ulcerado por ofensas verdaderas o imaginarias, alimenta en su interior alguna enemistad ú odio contra alguno de vuestros HH.·. desechad al momento semejantes ideas, deponed todo rencor, llamad a vuestro socorro algún arbitrio desinteresado y leal, reclamad su mediación fraternal; pero jamás paséis el umbral del Templo, antes de haber arrojado de vuestro corazón todo sentimiento de odio y de venganza, invocaríais en vano el nombre del Ser inmutable, pues no se dignaría habitar nuestros Santuarios si no estuvieran purificados por las virtudes de nuestros HH.·. y santificados por su concordia.
 
 
 

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