MONOGRÁFICOS ESPECIALES

lunes, 8 de abril de 2019

GRADO DE PRÍNCIPES DE JERUSALÉN


GRADO DE PRÍNCIPES DE JERUSALEN.

RECEPCIÓN.

El Candidato con la cara cubierta, es conducido por el Maestro de Ceremonias hasta la puerta. Toca, se le abre sin ceremonia, y se le lleva al Oriente.

- M.·. E.·. (al Candidato) ¿ Qué queréis?

- Cand.·. Vengo a presentaros las quejas del pueblo de Israel contra los Samaritanos que se han negado a pagar el tributo que se les ha impuesto para sufragar los gastos de los sacrificios que se ofrecen a Dios en el Templo.


 - M.·. E.·. (que representa a Zorobabel) No tengo autoridad sobre los Samaritanos; son súbditos del Rey Darío, que está en Babilonia; presentadle vuestra queja; pero como esto nos interesa a todos, os armaré y os daré cuatro Caballeros para que os acompañen, de modo que podáis vencer con mas facilidad cualquiera obstáculo que se os presente en vuestro viaje a la corte del Rey de Persia.
 
(Se descubre la cara al Candidato, se le arma con una espada y un escudo, y se le decora como Caballero de Oriente. Los cuatro Caballeros que le acompañan van ataviados del mismo modo. Emprenden su viaje, y son atacados por unos bandidos, a quienes repulsan y llegan a la puerta del gabinete de Dario.)
 
El Candidato entra con uno de los Caballeros y se dirige al Rey de esta manera:

- "Rey poderoso: los Samaritanos se niegan a satisfacer el tributo que les impuso el Rey Ciro para sufragar los gastos de los sacrificios que se ofrecen en el Templo que hemos fabricado de nuevo; y el pueblo de Israel os suplica que obliguéis a los Samaritanos a cumplir su deber."

- DARIO: " Vuestra súplica es justa y equitativa, y haré que los Samaritanos paguen el tributo que se les ha impuesto. Mi primer Ministro os dará mi decreto con este fin. ¡Id en paz!"

(El Candidato se retira: el primer Ministro lo sigue y le entrega el decreto. Después de vencer algunos obstáculos, el Candidato se encuentra en su regreso con los Caballeros, con antorchas encendidas, que le conducen en triunfo a presencia de Zorobabel.)

- Cand.·. (a Zorobabel.) Os entrego el decreto de Darío, Rey de Persia, que hemos obtenido después de haber arrollado a nuestros enemigos y vencido mil peligros que hemos encontrado en nuestro viaje.

El M.·. E.·. lee el decreto:
 
"Nos, Darío Rey de Persia, queriendo favorecer y proteger a nuestro pueblo de Jerusalén, según el ejemplo de nuestro ilustre predecesor, el Rey Ciro, mandamos y decretamos: que los Samaritanos, contra quienes hemos recibido quejas, paguen puntualmente el tributo que adeudan por los Sacrificios del Templo; y de no cumplirlo, recibirán el castigo que corresponda a su desobediencia.
 
Dado en Shusan, en Palacio, el 4.° dia del 2.° mes del año 3534, y el 3.° de nuestro reinado, y sellado con el sello de nuestro: fiel Darío."


- M.·. E.·. El pueblo de Jerusalén os está sumamente agradecido por el celo y valor que habéis desplegado para vencer los obstáculos que se os presentaron en el camino; en premio de lo cual os comunicaremos los misterios del grado de PRÍNCIPES DE JERUSALEM. ¿Estáis pronto a prestar una obligación solemne para observar rígidamente nuestras leyes y el mayor secreto en nuestros misterios?

- Cand.·. Lo estoy.

M.·. E.·. Postraos, pues, ante el altar.

OBLIGACION.

" Yo..........., juro y prometo solemnemente, en presencia del Dios Todo Poderoso, Gran Arq.·. del cielo y de la tierra, y delante de los Príncipes Valientes de Jerusalén, no revelar jamás los misterios del grado de PRÍNCIPES DE JERUSALÉN, a ninguno de grado inferior, o que no sea Masón.

Juro y prometo, a fuer de Príncipe de Jerusalén, hacer justicia a mis Hermanos y no juzgarlos con tiranía, sino con amor. Prometo y juro, no atacar jamás, ni de acción ni de palabra, el honor de ningún Príncipe de Jerusalén, y que no tomaré parte en la concesión de este grado fuera de un Gran Consejo legítimo de Príncipes de Jerusalén. Todo lo cual prometo cumplir, y si faltare a ello, permito que se me desnude, y se me atraviese el corazón con un puñal.
 
Dios venga en mi ayuda, AMEN."

El M.·. E.·. levanta al Candidato y le da las SEÑALES... PALABRAS... TOCAMIENTOS...

- M.·. E.·. Ahora os nombro y constituyo, con vuestros compañeros, PRÍNCIPES y GOBERNADORES DE JERURALÉN, para que hagáis justicia al pueblo. Os decoro con una banda amarilla, que lleva una medalla de oro. La balanza que tiene grabada, es para advertiros que debéis escoger por guía a la Justicia y la Equidad. La mano de la justicia es señal de vuestra autoridad sobre el pueblo. Los emblemas del mandil que os entrego, se refieren a las obras y las virtudes de los Masones y a vuestro deber en la alta dignidad que se os confiere. Como Príncipes de Jerusalén, os reuniréis en dos salas del Templo. Sed justo, misericordioso y sabio.

 

 


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