En el ritual de elevación a Compañero el Venerable Maestro invita al Aprendiz a considerar la Estrella Misteriosa de 5 puntas en cuyo centro resplandece la letra G.
Situada entre el sol y la luna, la Estrella Pentagramática decora el cielo del Oriente. Oigamos lo que narra la Biblia sobre el cuarto día de la creación:
"Hizo Dios los dos luceros mayores, el lucero grande para el dominio del día y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra y para dominar en el día y en la noche y para apartar la luz de la oscuridad".
Los astros son vehículos de conocimiento: su alternancia de aparición y desaparición en el cielo, sus movimientos, agrupación, distribución y orden dibujan danzas geométricas e historias míticas y arquetípicas a través de las cuales el Gran Arquitecto expresa los Principios y leyes con los que rige el universo y todo lo que en él hay y deviene.
"Hizo Dios los dos luceros mayores, el lucero grande para el dominio del día y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra y para dominar en el día y en la noche y para apartar la luz de la oscuridad".
Los astros son vehículos de conocimiento: su alternancia de aparición y desaparición en el cielo, sus movimientos, agrupación, distribución y orden dibujan danzas geométricas e historias míticas y arquetípicas a través de las cuales el Gran Arquitecto expresa los Principios y leyes con los que rige el universo y todo lo que en él hay y deviene.
Entre el sol relacionado con la maestría, y la luna espejante, símbolo del aprendiz, las estrellas son cuerpos celestes con luz propia que alumbran en medio de la oscuridad de la noche, decorando con belleza el firmamento, cual pequeños luceros que anuncian secretos a quien quiere y puede descifrarlos, y están relacionados muy directamente con el grado de Compañero.
A partir del número cuatro, que los cabalistas llaman de la Creación, podemos empezar a trazar estrellas de 4 puntas, 5, 6, 7, 8,etc. cada una de ellas como una expresión precisa y clara de algún aspecto o idea de la Divinidad. Ahora nos interesa ahondar en la significación de la Estrella Pentagramática. Se insta al compañero masón a identificarse y ser uno con ella, a participar conscientemente de la fuerza y energía que vehicula.
Después del nigredo por el que hemos pasado como Aprendices, de ir deletreando en el libro de la vida, de ser cuerpo oscuro y silencioso, nacemos a un nuevo estado de conciencia, iluminado por una tenue luz, que nos habla de la posibilidad de regeneramos y reconocer la androginia de nuestro ser. El compañero puede empezar a leer en ese libro, y el 5 es la grafía y geometría que se le ofrece como objeto de meditación y síntesis de su estado. Cinco son los sentidos del hombre, a partir de los cuales fluye la percepción y aprehensión de dentro a fuera y viceversa; cinco los dedos en cada extremidad, cual rayos divinos que con su acción iluminan la creación, siendo así que por su intermedio el hombre expresa el Arte que se le desvela en su corazón; cinco sus extremidades, si por ello entendemos sus brazos, piernas y cabeza, medios con los que el ser humano se mueve, crea y puede expresar las ideas que va aprendiendo.
El cinco es el número del microcosmos, del hombre como un todo en pequeño, síntesis perfecta de los opuestos, que se simboliza por los esponsales entre el primer número par, el dos, y el primer impar, el tres.
Visualicemos la flameante Estrella. Inscribamos un ser humano en su interior de tal manera que su cabeza se corresponda con el vértice de arriba, los brazos extendidos en forma de cruz con las puntas laterales y las piernas con las dos de abajo y veremos como esta geometría dibuja un triángulo invertido fusionado con una punta de flecha ascendente.
Si, partiendo de los genitales, trazamos dos líneas que se dirijan hacia cada una de las manos y éstas las unimos entre sí tiro con otra línea, he ahí el triángulo invertido. Este es el símbolo de la copa, de la caverna en el interior de la montaña, del corazón, y todo ello nos remite a la idea de receptividad.
Las zonas del cuerpo humano que quedan inscritas en esta figura corresponden a los órganos de reproducción y al sistema digestivo y urinario, los cuales tienen relación con operaciones de transformación y purificación que nos recuerdan, haciendo las transposiciones y correspondencias adecuadas, que toda recepción, ya sea de un alimento o germen de orden material o espiritual, demanda una actitud de apertura y vacuidad.
Recibimos si nos abrimos, si purificamos nuestra psique de todas sus asperezas y esperamos ser fecundados por la gracia del espíritu. A partir de esta vacuidad el ser humano puede iniciar su ascenso o retorno a la esencia de su ser, lo cual se simboliza por la otra parte de la grafía que completa la estrella de cinco puntas, aquella que dibuja una punta de flecha hacia arriba, siendo las piernas los extremos de abajo y la cabeza el superior.
Con los pies bien anclados en el suelo, las piernas sostienen y elevan el edificio humano hacia lo alto, dirigiendo con destreza toda la energía a través de la columna vertebral, con todo el empuje del corazón y el soplo vital que nos llega simbólicamente por los pulmones, hasta la cabeza, símbolo del cielo, de los estados superiores del ser. Tenemos así representada la parte activa, axial, viril, que conecta el cielo con la tierra, y que nos posibilita la identificación con el mundo de los arquetipos universales.
Como compañeros es este trabajo con y en el mundo del alma, tanto individual como universal, el que debe guiar nuestra labor interna. Y en el mismo centro de la Estrella y del ser humano, en el corazón, resplandece la letra G, símbolo del artífice de esta geometría, que crea al hombre a su imagen y semejanza, y también de la síntesis de toda dualidad en la unidad indivisible del Principio y de toda la manifestación de Él surgida. Cinco G decoran cada extremo de su forma y corresponden, al menos en una interpretación de este símbolo, a las palabras: geometría, generación, gravitación, genio y gnosis en cuya meditación hallaremos el secreto de nuestra esencia humana y a la vez divina.
Todo el ser humano obedece a una geometría precisa y armónica. El hombre es geometría, el cosmos es geometría y esta ciencia es uno de los vehículos que se le ofrece para conocerse a sí mismo y al cosmos; es más, al gran artífice de esta obra se le nombra Gran Arquitecto del Universo, y en alguna iconografía se le representa como un geómetra con un compás ordenando el caos primigenio. Precisamente, también recordaremos que en algunos Ritos el Gran Arquitecto recibe, en el grado de compañero, el nombre de Gran Geómetra del Universo.
Generación sugiere la idea de un Principio que por un acto enteramente misterioso se da a conocer a sí mismo, se refleja en su esencia y crea todos los mundos, manifestados e inmanifestados, pero siempre reflejo de su unidad indisoluble. La generación implica la idea de la transmisión de ese mensaje misterioso de la Unidad, que contiene en sí toda posibilidad, a todos los mundos emanados de sí misma.
Por la gravitación un cuerpo es atraído por otro, de centro a centro y se mantiene un equilibrio. Es esta conexión de centro a centro que da la idea de la residencia de la armonía en el punto onfálico de todo ser, y por transposición de cada ser respecto de su origen.
Por el genio el ser humano se vincula a su esencia, trepa por el hilo misterioso que une todos los mundos entre sí, y halla la esencia única de todo en todo. El genio permite atravesar los velos de las apariencias y llegar a la esencia de los seres que pueblan el universo y a los estados del ser visibles e invisibles que coexisten simultáneamente con el estado humano. El genio es el poder o facultad de creación que en su acepción más elevada se referirá a ese poder surgido del Gran Arquitecto.
Nada más cerca de la Unidad y de la No-Dualidad que la Gnosis. El Conocimiento es, si algo puede decirse, el anhelo más elevado del ser humano.
Conocimiento es identificación con el Misterio insondable e incognoscible. Ser uno con ese Misterio.
Así pues, la estrella es nuestra guía y esencia como compañeros y sintetiza la misión a laque estamos llamados: conocernos a nosotros mismos y al mundo.
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