«El Sexto Sendero es la Inteligencia Mediadora, porque en ella están multiplicados los influjos de las Emanaciones; pues hace que esa influencia fluya a todos los reservónos de las bendiciones con las que ellas mismas están unidas.»
IMAGEN MÁGICA: Un rey. Un niño. Un dios sacrificcado.
NOMBRE DE DIOS: Jehovah Aloah va Daath.
ARCÁNGEL: Rafael.
ORDEN DE ANGELES: Malachim. Reyes.
CHAKRA MUNDANO: El Sol.
VIRTUD: Devoción a la Gran Obra.
TÍTULOS: Zoar Anpin, El Rostro Menor. Melekh, el Rey.
EXPERIENCIA ESPIRITUAL: Visión de la Armonía de las Cosas. Los Misterios de la Crucifixión.
COLOR YETZIRATICO: Salmón-rosa rico.
COLOR BRIATICO: Amarillo.
COLOR ASSIATICO: Ámbar dorado.
VICIO: Orgullo.
SÍMBOLOS: El Lamen. La Rosa Cruz. La Cruz del Calvario. La Pirámide Truncada. El Cubo.
1. Tifareth es el Sefirah central del Arbol de la Vida, la piedra angular de toda la creación, manteniendo el equilibrio entre todos los otros Sefiroth que conecta: entre Dios en los Alturas, en Kether, y el Universo físico de Malkuth; entre los polos superior e inferior de la psique en Daath y Yesod; entre los opuestos de Chokmah y Binah Chesed y Geburah, Netzach y Hod; entre las potencias similares de Chesed y Hod, Geburah y Netzach; de hecho, es en verdad la Inteligencia Mediadora asignada a él por el Texto Yetzirático. Hay un fructífero campo para la meditación en todos los triángulos formados por los Senderos que conducen entre Tifareth y los otros Sefiroth, y sin un conocimiento de lo que representan todos estos Senderos y su interrelación no puede haber nunca un completo entendimiento de Tifareth. Lo mismo se aplica a los otros Sefiroth, por supuesto, pero las interrelaciones de Tifareth son tan fundamentales y diversas, que un entendimiento de Tifareth es casi sinónimo con un entendimiento de todo el Arbol. Es el Sefirah de la Belleza, la cual significa el Plan Divino llevado a cabo en la manifestación tal como debería de ser.
2. El Texto Yetzirático establece que todas las influencias de las otras Emanaciones, o Sefiroth, fluyen a Tifareth, donde son bendecidas con una impresión de unidad en conjunto. Este Sefirah, pues, es el aspecto integrador de todo el Arbol, conduciente hacia la síntesis y la unidad, que es un estado hacia el que la humanidad ha estado forcejeando por miles de años, y cuya carencia es la causa primaria del dolor y el sufrimiento. Es porque Tifareth representa la meta que todos han de alcanzar, que su Virtud es la de Devoción a la Gran Obra. Y como dentro del alma del hombre la Gran Obra es regeneración o renacimiento, el Sefirah está lleno de simbolismo de muerte y resurrección. Es el Sefirah de todos los Dioses Redentores, incluyendo por supuesto al ejemplar Supremo de redención humana, Nuestro Señor Jesucristo.
3. Las Experiencias Espirituales son en número de dos, en vez de una como es usual. Esto significa que hay dos lados en Tifareth, y desde luego es par excellence un Sefirah vinculador, reconciliando la parte superior del Arbol con la inferior. Hay una fragmentación en la conciencia humana «normal» originada por la Caída Original, y esto está simbolizado por el Golfo situado justo por debajo de Tifareth. El hombre corriente tiene poco concepto de la vasta esfera de su conciencia divina que se halla por encima de los niveles de la mente del trabajo diario, y sólo se percatará de la conciencia de Tifareth si es de una persuasión religiosa. Incluso entonces, puede no tener una gran percepción fundamental funcional de las realizaciones de esta gran esfera, que confiere una Visión de la Armonía de las Cosas y un entendimiento de los Misterios de la Crucifixión. Y es la realización lo importante, no una mera concepción teórica intelectual.
4. Los colores del Sefirah son rosas, amarillos y ámbares, que pueden percibirse mejor en las bellezas supremas del horizonte, al ponerse el sol y al alba. El Nombre de Dios en este Sefirah es Jehovah Aloah va Daath, que significa Dios Manifestado en la Esfera de la Mente, pero desgraciadamente Dios se manifiesta poco en la mente del hombre en el momento presente.
5. La Armonía, o la Belleza, implican salud y curación, y así Rafael, el Arcángel «que se halla en el sol», es obviamente parte integral de Tifareth. En el trabajo ritual es el Arcángel que guarda el cuarto cardinal del Este, que es el cuarto del Elemento Aire. El Este ha sido considerado siempre como la fuente de toda santidad; es el punto por donde aparece primero la luz del sol después de largas horas de noche, así como la Luz Espiritual amanece en la obscuridad de la conciencia no iluminada. El Elemento Aire es también un símbolo del Espíritu, de movimiento libre y no confinado, penetrándolo todo.
6. Rafael puede ser visualizado, como alternativa a los colores Sefiróticos, en los colores de oro y azul del disco brillante del sol en un cielo claro, irradiando los poderes curadores y sustentadores de la luz solar que incluye las fuerzas de calor radiante, infrarrojo y ultravioleta, aparte de la iluminación espiritual y la aceleración de la vida del Sol detrás del Sol. Puede ser concebido con alas que baten el aire, causando un impulso de fuego y aire que revitaliza las fuerzas de cualquier aura que contacta, es un gran contacto de curación, espiritual y psicológica, así como física.
7. El orden de Angeles es llamado Malachim, Reyes, y pueden ser considerados como agentes curadores y traedores de vida bajo la presidencia de Rafael. Hay por supuesto un gran poder curativo en la naturaleza, la Esfera de los Elementos, y los Cuatro Reyes Elementales, los Regentes de las gentes de cada Elemento, pueden ser asignados a Tifareth, aunque la esfera de los Elementos pertenece realmente a Malkuth.
8. Es bien conocida la tradición de que los Elementales, siendo unidades de vida creadas por los primeros Poderes Constructores del Universo, y no emanando de los dominios de la Realidad Espiritual, tienen sólo existencia fenomenal y monumental. Por tanto, cuando el Día de Manifestación llegue a su fin, se extinguirán, salvo que entretanto hayan captado la vibración del ser espiritual durante su curso. Ellos pueden obtener esta oportunidad de inmortalidad a partir de cualquier evolución que habite el planeta cuya cascara corporal mantienen en existencia, y así, en la Tierra, dependen de los contactos con la humanidad. Uno sólo tiene que echar un vistazo a la humanidad para llenarse con una grave duda respecto a sus oportunidades. La mayor proporción de la humanidad es ignorante de su propia espiritualidad, dejando de lado el que perciba la necesidad de mediar esta cualidad. E incluso cuando el hombre ha alcanzado una alta percepción espiritual, ha estado demasiado a menudo acompañado por un desdén y un horror al ser físico. La teología medieval marcó a todos los seres Elementales como demonios, y en tiempos modernos su misma existencia es negada. Así que el adepto ha sido considerado siempre el iniciador de los Reinos Elementales como el único cualificado, en razón de su estatura y realización espirituales, para hacerlo así. El extraño y viejo libro «Comte de Gabalis» de Abbe N. de Montfauçon de Villars contiene muy grandes verdades sobre estas materias bajo la guisa de hacer burla de ellas, a menudo el único modo en que las verdades sobre estas materias pueden ser pasadas a través de la dura concha del parroquialismo cósmico del hombre.
9. Cuando un Elemental ha alcanzado la percepción espiritual se puede decir que tiene conciencia de Tifareth, y los Reyes Elementales, aquellos Elementales que han alcanzando este estado, son también mostradores del Camino para ellos. Los Reyes Elementales tienen los nombres de Paralda, para el Aire; Niksa, para el Agua; Ghob, para la Tierra; y Djin, para el Fuego; pero una consideración completa de la evolución Elemental pertenece realmente a Malkuth.
10. El Chakra Mundano de Tifareth es el Sol, que es la fuente de luz y vida para su Universo, y por tanto una manifestación física de los poderes de Dios Mismo y los mundos espirituales. El Condicionador y Sustentador de nuestro Sistema Solar es el Logos Solar —referido comúnmente como Dios— y aunque El es el Dios Único por lo que concierne a la humanidad y el resto del Sistema Solar, El es Dios solamente sobre ese Sistema, y el Sol puede ser considerado Su cuerpo físico, aunque todo el resto de la existencia física del Sistema Solar está bajo Su presidencia.
11. Donde la teología esotérica difiere de la teología exotérica es en que la última considera a Dios como inmutable y supremo sobre toda la existencia. La teología esotérica, por otro lado, considera a Dios, grande como El es, evolucionando. También considera que toda estrella es un Dios presidiendo sobre Su propia creación, y que por encima del Dios de nuestro Sistema Solar hay otros Dioses, elevándose en grandeza hasta el Dios que preside sobre todo el Sistema Galáctico, que, como los Sistemas Solares, es una rueda giratoria gigantesca; y que, presumiblemente, puede haber un Dios presidiendo sobre todos los Sistemas Galácticos a todo lo largo del espacio interestelar e intergaláctico.
12. Esto no es una negación del monoteísmo pues el Dios o Logos Solar de nuestro Sistema es omnipotente, omnisciente y omnipresente dentro de este Sistema, y es por tanto el Dios Único para todo aquello sobre lo que preside. Todas las influencias extralogoidales, sean de Sirius, la Osa Mayor, las Pléyades, Andrómeda, o las constelaciones del Zodíaco, afectan al Sistema Solar solamente a través de la mediación del Logos Solar, no directamente.
13. Todas estas cosas relativas a Tifareth recién consideradas, Dios Manifestado en la Esfera de la Mente, los grandes poderes curativos armonizadores de Rafael, la conciencia divina de los Reyes Elementales, la luz y el calor del Sol dadores de vida, tienen referencia a la Visión de la Armonía de las Cosas. Hay sin embargo otra Experiencia Espiritual, los Misterios de la Crucifixión.
14. Es en Tifareth que el Espíritu hace su contacto con la mente del hombre, y este contacto al principio será pequeño. El símbolo supremo para el nacimiento de la conciencia espiritual es proporcionado en la historia de Navidad del niño Cristo nacido en un pesebre observado por las bestias del campo. El hombre es un ser colgado a mitad de camino entre dios y la bestia, y la conciencia espiritual es al principio débil, como un pequeño niño en el mundo animal de la psique, la voz aún pequeña que puede ser ignorada tan fácilmente.
15. Pero el niño, si se le da protección, crece, aprendiendo gradualmente los hechos de su nueva existencia física, hasta que finalmente se convierte en un hombre, y tratándose del Espíritu no sólo en un hombre, sino en un rey entre los hombres. Siguiendo el simbolismo Cristiano, que son la Vía, la Verdad y la Vida ejemplares, se recordará que Cristo fue llamado Rey de los Judíos, aunque como él dijo, su Reino no era de este mundo. En sus malabarismos intelectuales sobre lo que es la Verdad, Pilatos pudo haber realizado que muchas palabras verdaderas se dicen —o, en su caso, se escriben— en broma.
16. Siguiendo con el principio de la regencia, que es el dominio del Espíritu sobre el resto de la psique, el alma recorre la Vía del Amor, que es el sacrificio del yo para el beneficio de otros, así como Nuestro Señor fue crucificado, aunque la Crucifixión no es el fin, sino el medio por el que llegan la Resurrección y la Ascensión posteriores, y el establecimiento del Reinado Divino.
17. Esta es la secuencia de ideas que se halla detrás de las Imágenes Mágicas de este Sefirah, el Niño, el Rey y el Dios Sacrificado, y es una vía que toda alma tiene que recorrer, no una vez, sino muchas veces. El patrón completo está establecido en la vida de Nuestro Señor. En el progreso del alma la Crucifixión no es más que un símbolo para un modo de acción, aunque no es por ello menos real. Lo extraño es que haya tantas almas aparentemente fijadas de modo permanente en la Crucifixión; almas que hacen de toda su vida un fatigado patrón de autosacrificio y sufrimiento autoinfligido, completamente sordas a los gemidos de los «espíritus en prisión» del lado animal de sus propias personalidades, y rehusando pasar a través del Descenso a los Infiernos para dar a estos aspectos de sí mismas la realización de los principios espirituales envueltos, y a la liberación e iluminación de la Resurrección y la Ascensión. Es una clase de masoquismo espiritual, decididamente patológico, y resultante probablemente de un rehúse a encarar ciertas áreas del alma que fueron responsables, o son un resultado de la desviación inicial del Plan Divino.
18. Todos tienen su propia Crucifixión, o «Cruz que cargar» como dice el dicho, de acuerdo con su fortaleza, y es usualmente sólo en una o más de las últimas encarnaciones terrestres que la vida misma es sacrificada en devoción a u principio para el bien de otros. La muerte del cuerpo físico es una de las formas más supremas del principio de la Crucifixión. Una que la iguala es la «muerte de la iniciación». Esta es la iniciación relativamente alta en la que la vida entera es dedicada al servicio del Espíritu, que es el servicio a todos los demás, y el iniciado en vez de morir por un principio vive su vida de acuerdo con un principio, y esto puede ser una cosa mucho más dura. El se convierte en «un muerto viviente», esto es, vive plenamente una vida en el mundo, pero después de su dedicación sin reservas está viviendo en tiempo prestado. La Gran Obra viene primero, cualquiera que sea el costo, y así la Virtud de Tifareth es la Devoción a la Gran Obra. Y Devoción no quiere decir interés intelectual, trabajo de una parte del tiempo, buenas intenciones vagas. Estas son suficientemente buenas para el laico o el aspirante menor, pero irremediablemente inadecuadas para el iniciado superior que ha hecho su dedicación, servido su término de probación, y ha sido aceptado finalmente por la Jerarquía de los Planos Internos para su entrenamiento y trabajo individual.
19. Por otra parte, aunque se solicita una dedicación sin reservas, esto no quiere decir que las fraternidades esotéricas deberían ser corrillos o fanáticos. El fanatismo es una aberración. Como ya se ha mencionado, el fanatismo es una forma de Orgullo, que es el Vicio asignado a Tifareth, y uno muy probable de llegarle al iniciado recién tomado por un Maestro para probación individual. La Gran Obra requiere seres humanos, y cuando uno dedica su vida a un principio hay un modo correcto y un modo erróneo de llevarla adelante.
20. El modo erróneo es identificarse completamente con la función del principio, de modo que uno se convierte más en un objeto en funcionamiento que en un ser humano. La forma más común de esto es la profesora de escuela de una aldea pobre, a la que no se le permite ser otra cosa que la profesora de la escuela, esté en su tarea o fuera de ella. Los otros miembros de la comunidad no la dejarán ser ninguna otra cosa. Cuando la hablan, es siempre a la «profesora de la escuela» a la que hablan, y no a un ser humano de carne y hueso.
21. La forma de dedicación correcta es retener todas las características humanas, y sin embargo vivir una vida enteramente dirigida por el principio. Puede no necesitar de ninguna clase de actos externos de virtud heroica o autosacrificio espectacular; sin embargo, se espera que las virtudes del iniciado se eleven hasta el nivel heroico. No sólo requiere acciones completamente éticas sobre el plano físico en los detalles más pequeños —y la virtud persistente en las llamadas cosas pequeñas es tan importante como, incluso más difícil que, un corto reventón de virtud a gran escala— sino que requiere también el control de los pensamientos y las emociones. Como dijo Nuestro Señor: «Habéis oído que se decía por aquellos de los viejos tiempos, No cometerás adulterio: Pero yo os digo, Que cualquiera que mira a una mujer con lujuria ha cometido ya adulterio con ella en su corazón.» Para el ocultista todo plano de existencia es de igual importancia, y una vida exteriormente virtuosa sobre el plano físico es inútil si no hay una virtud igual sobre los planos internos. Una condición semejante sería una de gran hipocresía, y casi una patología espiritual, pues implicaría una conformidad con la ley externa con una fragmentación en el ser, separando la conformidad externa de la condición real caótica y anárquica del alma.
22. Esta es la función real del mago, construir las formas correctas de su propio ser para que las habite su propia fuerza espiritual. Los trabajos rituales de la magia ceremonial no son sino una técnica especial para elevar al grado enésimo una particular potencia de la vida para darla una orientación correcta. El ritual real es un proceso de veinticuatro horas al día de vivir la vida de acuerdo con principios espirituales, de modo que, por esta acción talismánica, se formen patrones del correcto vivir en la mente inconsciente de la raza, de manera que este modo de vivir correcto resulte más fácil para aquellos que siguen detrás.
23. Puede pensarse que unos pocos iniciados, viviendo la vida de acuerdo con el principio, podrían tener poco efecto sobre la vasta masa de gente viviendo sus vidas en varios grados de caos, buscando sólo el placer y el provecho más que el principio. El punto es, sin embargo, que una vida vivida con intención talismánica tiene una fuerza mucho mayor que una que tiene sus patrones basados, no sobre la realidad espiritual, sino en la conveniencia física de día a día. Además, el iniciado tiene una mente entrenada, y sus formas de pensamiento claramente definidas y la vibración de su aura tienen un profundo efecto sobre el ambiente. Las formas de pensamiento del hombre corriente son generalmente demasiado débiles y vacilantes para tener mucho efecto permanente, excepto por el peso del número. También, toda la fuerza de la Gran Logia Blanca mediando la Voluntad de Dios está trabajando detrás y al lado y a través de los iniciados que hay en el mundo.
24. Debería recordarse que después de la muerte de Nuestro Señor, el modo de vida que posteriormente formaría toda la Cristiandad fue empezado por once hombres de una oscura nación sometida de Oriente Medio. También, uno puede considerar los ideales de la Tabla Redonda, tan con nosotros ahora en los principios de la democracia, aunque con muchos defectos. Uno puede imaginar cuan pocos de sus ideales pudo haber conseguido físicamente de modo consistente el Arturo original, y sin embargo el ideal vivió a través del apogeo y la declinación del feudalismo, a través de la elevación y el declinar de los gremios mercantiles, a través de la elevación y la declinación de la burguesía propietaria de factorías del siglo XIX, hasta nuestros tiempos más o menos democráticos de «conferencias en mesa redonda» e igualdad para todos, en la teoría si todavía no en la práctica. Desde luego, siendo como es el ser humano, estas cosas llegan con aplicaciones variadamente distorsionadas. Así, en vez de ser un círculo donde todos los representados contribuyen a la solución general, una conferencia de mesa redonda es usualmente una pandilla de gente, empujados todos por sus propios caminos separados, guardando celosamente sus propios intereses menores, de modo que todo lo que queda es un montón de discordias y amargas recriminaciones, y en el mejor de los casos un dudoso y odiado compromiso trabajable universalmente. Además, la tendencia general de los luchadores por la igualdad del hombre ha sido empujar hacia abajo al superior hasta el nivel del populacho, en vez de elevar el populacho hasta el nivel del aristócrata en corazón, mente y acto. Pero hay abundancia de tiempo evolutivo para recorrer, incluso si la humanidad se da a sí misma un paso atrás de varios cientos o miles de años al resolver temporalmente sus dificultades con bombas de hidrógeno.
25. La única solución final para los problemas de la humanidad es por la realización universal de la Visión de Armonía de las Cosas de Tifareth, lo que implica la ética suprema del Servicio, y esto está simbolizado por la Vía de la Cruz. Así, uno de los más importantes símbolos de Tifareth es la Cruz, sea en su forma de la Cruz del Calvario negra con tres peldaños negros que conducen hacia ella, o la Cruz dorada de Brazos Iguales con una rosa roja floreciendo en su centro.
26. La Cruz del Calvario representa la vía del autosacrificio en beneficio de otros, y es el único camino por el que el hombre puede retornar a su hogar espiritual. Como dijo Nuestro Señor: «Ningún hombre llega al Padre sino por Mí.» Sólo después de que ha sido aceptado y experimentado el Camino de la Cruz, puede venir el conocimiento de la Rosa Cruz, cuando la Rosa del Espíritu florece sobre la Cruz Universal de la manifestación en la materia densa. En este último símbolo, la Visión de la Armonía de las Cosas y los Misterios de la Crucifixión son uno. Sobre la Cruz del Calvario, es el hombre sacrificado como un ser separado; sobre la Rosa Cruz, es el Espíritu del hombre en armonía con todo el Universo, incluyendo la manifestación más densa.
27. El principio detrás de la Cruz del Calvario es el del mostrador del Camino que descendió a la corrupción de la existencia humana en la Tierra y mostró la fórmula de la Redención. El principio detrás de la Rosa Cruz es el del mostrador del Camino que permaneció fuera de la manifestación guardando el patrón perfecto de lo que debería ser el hombre, no teñido por la corrupción. Si no hubiese habido caída del hombre la Cruz del Calvario, hubiera sido innecesaria, no habría habido ilusión de separatividad, ni falta de hermandad y servicio mutuo entre los hombres. El Espíritu habría brotado y florecido después como una rosa fragante sobre la cruz dorada de una existencia física armoniosa. Tal como estamos ahora, la Rosa Cruz es inobtenible sin aceptar primero la Cruz del Calvario.
28. El Título Cabalístico para Tifareth es Zoar Anpin, el Rostro Menor, por oposición al título Arik Anpin, el Rostro Vasto de Kether. Por tanto, Tifareth es concebido en este simbolismo como Kether en un arco inferior, el manantial del Espíritu, no en la fuente de la creación, sino en medio de ella.
29. Alternativamente, estos títulos de Rostro Vasto y Rostro Menor son puestos en su forma Griega de Macroposopos y Microposopos, y entonces Malkuth, el mundo físico, es conocido como la Novia del Microposopos. O, cuando se cita a Tifareth como el Rey, Malkuth es la Reina. Esto muestra llanamente que el mundo físico tiene un lugar importante en el Plan de Dios, pues es el mundo físico, Malkuth, el que será unido en «matrimonio» y «gobierno» con Dios-manifestado-en-el-medio-de-la-creación.
30. Esto es lo implicado en el Apocalipsis de San Juan: «Y yo, Juan, vi a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, viniendo de Dios desde el Cielo, preparada como una novia adornada para su esposo.» Y posteriormente, «Y vino a mí uno de los siete ángeles... y habló conmigo diciendo, Ven aquí, yo te mostraré a la novia, la esposa del Cordero. El me condujo en el espíritu a una montaña grande y elevada, y me mostró a esa gran ciudad, la Jerusalén santa, descendiendo de Dios desde el cielo.» La Nueva Jerusalén es el Jardín del Edén en un arco superior, y el propósito de Dios y el hombre es civilizar espiritualmente la forma simple de creación primaria representada por el Jardín del Edén hasta lograr la expresión de las realidades espirituales en los niveles más densos de la manifestación, tal como está representado por la construcción de la Nueva Jerusalén sobre la Tierra.
31. La misma idea inspira a muchos versos de William Blake: «Los campos desde Islington hasta Marybone, Hasta Primrose Hill y Saint John's Wood, «Fueron construidos con pilares de oro; Y allí estaban los pilares de Jerusalén.» «Sus Pequeños correteaban por el campo, Se podía ver al Cordero de Dios entre ellos, «Y la bella Jerusalén, Su Novia, Entre los pequeños prados verdes.» «Pancras y Kentish Town reposan Altos entre sus pilares dorados, «Entre sus arcos dorados que, Lucen sobre el cielo estrellado.»
32. Cualquiera que tenga conocimiento de algunos de estos distritos de Londres tendrá una concepción muy buena del abismo que exista entre la visión y la realidad.
33. Debería ser innecesario, por supuesto, afirmar que el objetivo último del adepto iniciado no es el uso del oro como material de construcción, ni una reconstrucción del mundo en una clase de mezcolanza pre-Rafaelista. Sin embargo, es quizá bueno recalcar el hecho, pues es poco más fatuo que la idea de que, porqué usan a menudo simbolismo judaico e imponen juramentos de secreto, las Escuelas Esotéricas Occidentales son agentes secretos del Sionismo Internacional, que fue una acusación hecha contra ellas hace algunos años cuando el antisemitismo estaba más de moda.
34. De los restantes símbolos asignados comúnmente a Tifareth, el cubo, aunque a primera vista es un símbolo de Chesed, puede corresponder a Tifareth por sus seis caras. La pirámide truncada, también una figura de seis caras, tiene implícita en su forma la sugestión del ápice, que sería Kether, aunque los niveles superiores no son realmente en la forma de la figura sólida, que representa a la forma por debajo de Tifareth, de base amplia y diversa en el nivel más bajo, y ascendiendo hacia la Unidad del punto apical, la Deidad. El Lamen es el símbolo sobre el pecho que usa el mago, que tiene escrito sobre él la naturaleza exacta de la fuerza con la que está trabajando, y se corresponde por tanto con Tifareth, que es la Visión de la Armonía de todas las fuerzas de la naturaleza, particularmente al ser llevado sobre el pecho, que es el centro de Tifareth cuando se aplica el Arbol de la Vida al cuerpo humano.
35. En los panteones paganos todos los dioses solares, dioses curadores y dioses sacrificados redentores pueden aplicarse a Tifareth, y en su diversidad pueden dar valiosas claves de los muchos aspectos de este Sefirah, cuyas ramificaciones son tremendas. Una de las atribuciones no inmediatamente obvia es Percival, uno de los Caballeros Arturianos de la Tabla Redonda. En su juventud fue apartado de la caballería por su madre, que había perdido a todos sus otros varones en la batalla, pero Percival encontró finalmente a algunos caballeros, y encendido por su ejemplo fue, no siendo sino un joven de un rudo país, a la Corte de Arturo. Allí mató a un caballero, aún yendo él mismo sin armadura, y era tan ignorante de los hechos de la caballería que, incapaz de quitarle la armadura a su víctima, encendió un fuego y trató de asarlo para que saliera de ella. Fue finalmente tomado y entrenado por un cariñoso vasallo de un vasallo y llegó a ser posteriormente uno de los más grandes caballeros y un conquistador del Grial. Este es otro ejemplo de los primeros intentos del Espíritu por manifestarse en los mundos inferiores, simbolizados por el Niño de Tifareth, obteniendo posteriormente control, y ejecutando las obras de su Padre en el Cielo.