La rebanada de pan que aparece en el Gabinete de Reflexión viene a ser el símbolo del trabajo humano.
El arquetipo de toda construcción, que es el esqueleto, debe llenarse de carne y músculo para que puedan circular las corrientes nerviosas y sanguíneas. El neófito deberá seguir el proceso de la elaboración del pan: plantar la semilla, aguardar el largo proceso de germinación inherente al ciclo del trigo, proceder a la recolección del grano, separándolo de la paja, molerlo, trabajar poniendo sus manos en la pasta, darle una forma y ponerlo a cocer en el horno.
El aspirante debe desentrañar las analogías que cada proceso descrito tiene con la actividad social. Primero, debe ponerse en el lugar del campesino que planta sus semillas de trigo. Mientras espera que las estaciones pasen y que el trigo llegue a madurar, ¿qué hace?
Es evidente que resultaría absurdo esperar con los brazos cruzados a que las espigas se hayan desarrollado. Mientras se dedica a diferentes tareas, planta semillas de otro circuito, de manera que su tierra este produciendo permanentemente y pueda subsistir.
Del mismo modo el candidato, mientras planta los gérmenes de lo que ha de ser su gran obra, aquella que ha de expresar lo mis elevado de las virtudes que lleva dentro, debe permanecer activo, dedicarse a otros trabajos menos importantes, pero que le ayudarán a adquirir maestría en las funciones de su actividad principal.
En el momento de la recolección, el grano debe ser separado de la paja. Ahora las maquinas realizan esta labor muy rápidamente, pero la lección que el candidato debe asimilar de este proceso es que en la gran obra en que esta empeñado (la transformación de su personalidad), los primeros resultados, los naturales, nunca serán puros: lo útil (el grano) y lo superfluo (la paja) se encontraran íntimamente unidos y lo superfluo tendrá incluso un volumen superior a lo útil.
La labor de depuración puede ser larga si tiene que trabajar «a mano». La máquina que ahora emplea el agricultor es producto de una larga labor imaginativa, de un enorme trabajo de observación que ha permitido inventar dicha máquina. Si al candidato todavía le falta realizar ese trabajo, lo cual es natural puesto que es solo un aspirante, deberá trabajar a mano y su labor de depuración será lenta.
Circunstancias y personas lo parasitarán, simbolizadas por la paja que recubre el grano, pero deberá hacer las cosas con calma ya que ese elemento aparentemente parasitario es el que encierra lo esencial. Si expresamos esta verdad en términos mas dramáticos podemos decir que en el mal (en el error) y en las personas que lo escenifican en nuestra vida es donde se encuentra el bien (lo correcto). Es importante sacar ese grano de experiencia que encierra una situación antes de eliminar el error.
Cuando disponga ya de la materia prima, resultado de un largo proceso natural, el grano deberá ser molido. Antes se utilizaban los molinos de viento para ese menester y el candidato deberá usar el viento, es decir, en términos psíquicos, la fuerza del pensamiento, de las ideas, de la lógica, para transformar lo que ha nacido dentro de él de una manera natural, debido a la química de las energías cósmicas.
Y cuando ya con las ideas haya transmutado el producto, deberá mezclar la harina con agua para obtener la pasta destinada a la cocción. El agua son los sentimientos, las emociones, la sensibilidad. En ese momento de la obra, el agua será necesaria y con esa agua que figura en el Gabinete de Reflexión volvemos a encontrarnos la imagen de Abel, representando las fuerzas que activan a través del elemento Agua, fuerzas pasivas que permiten dar a la obra una forma: la forma del pan.
Finalmente, el proceso de cocción indica al candidato que la obra deberá ser sublimada con un ardor y un empeño que solo encontrará estableciendo contactos con la fuente primigenia de toda vida, con la divinidad, simbolizada por el fuego. Entonces obtendrá el pan, símbolo del alimento espiritual, que ha de permitirle, gracias al sustento que le procura, la continuidad en el trabajo.
De esta manera, vemos como el proceso de elaboración del pan pasa por los cuatro viajes rituales, la recolección (Tierra), los molinos (Aire), la mezcla con el agua (Agua) y la cocción (Fuego).
De esta manera, vemos como el proceso de elaboración del pan pasa por los cuatro viajes rituales, la recolección (Tierra), los molinos (Aire), la mezcla con el agua (Agua) y la cocción (Fuego).
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