viernes, 24 de junio de 2016

LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD


"Libertad, Igualdad, Fraternidad", como todos sabemos, es una divisa de nuestra Orden. La Libertad está relacionada con la Sabiduría; "la verdad os hará libres" dice el Evangelio; también con la Escuadra de brazos desiguales, emblema del Ven.·. Maestro de la logia.
 
El hombre libre es aquel que permaneciendo en la horizon­tal es guiado por la vertical; en la Escuadra, horizontal y vertical se unen en un punto, ese punto común es el centro del que dimana la acción del hombre libre que, situado en la horizontal, esta abierto a los influjos liberadores del cielo.
 
Como el Loco del Tarot, camina sin mirar a derecha ni a izquierda. Así como el comodín reemplaza a cualquier carta, el Loco es el hombre que asumiendo su papel de intermediario entre el Cielo y la Tierra, está a la orden siendo así instrumento allí donde se le indique. No importa cómo ni cuándo estará dispuesto pues, liberado de todo deseo, o interés, puede asumir cualquier papel o función.
 
La Igualdad podemos relacionarla con el Nivel, con la Fuerza.

Saberse iguales a los demás, no en la forma, sino en la esencia, es reconocer un Origen común; Origen que a la vez es nuestro Destino. Esto lo ha olvidado la civilización occidental, que ha consegui­do en su carrera hacia el individualismo más atroz un anonimato liberal y social para la inmensa mayoría de sus miembros. Por una mal entendida igualdad está llegando a la uniformidad.
 
¿Cómo puede sentirse un miembro de una comunidad que sabe que no es necesario ni importante en ella?
 
¿Qué cualquier otro puede ocupar su lugar?
 
En lo laboral uno hace un trabajo como podría hacer otro, es una cosa u otra según lo hayan determinado las circunstancias; incluso aun cuando haya sido por propia elección, está igualmente mediatizada, pues en una sociedad como esta nada guía al individuo a conocer su verdadera naturaleza; y por tanto a saber cuál es su lugar, su función dentro del conjunto.

Las cosas están mucho mejor diseñadas de lo que el hombre cree; no hay en la creación piezas repetidas, inútiles o secundarias; por el contrario cada criatura tiene su lugar, su función única e in­transferible, pues su misma existencia responde a ella. Somos hijos únicos de un mismo Padre, ahí reside la maravilla de la igualdad de los hombres, de los seres.
 
La manifestación es la concreción, la multiplicación, el despliegue de una potencia generadora que en sí misma es una y que no sale de sí misma, de ahí se contempla como Una en la multiplicidad de sus hijos que sólo, aparentemente, dejan de estar en ella cuando miran egoístamente hacia sí mismos y desconociendo y profanando las leyes que rigen el Cosmos, del que forman parte, se consideran acabados y limitados por facultades que no van más allá de lo individual; con lo cual, ellos, en toda su ignorancia, dictan normas, establecen formas de vida, se preocu­pan desaforadamente en conseguir independencia, autonomía, etc. No es de extrañar que los miembros de esta sociedad busquen tan­to la libertad, la igualdad, pues verdaderamente la han perdido; pero la buscan, en una dirección equivocada, invertida podríamos decir.

El hombre alejándose de la Unidad se sumerge en la uniformi­dad, en el anonimato, en la soledad; no hay selva ni desierto peor que las grandes ciudades modernas.

Finalmente la Fraternidad podemos relacionarla con la Belleza y con el emblema del 2º Vig.·. de la Logia, es decir la Plomada.

Acaso la Fraternidad sea de las tres la más difícil de entender.
 
Hemos podido comprobar que muchas veces en las Logias la fra­ternidad es entendida en su sentido más chato y horizontal; no nos referimos a aquellas Logias donde en nombre de la fraternidad lo que se da es el amiguismo más burdo; si no que queremos señalar que la fraternidad, el afecto, cuando no está guiado por la Sabidu­ría, por el amor a ella, puede convertirse en un verdadero obstácu­lo; como un cemento que amalgama aquello que debería ser disuelto.

Cuando lo que reúne a los hermanos es la búsqueda de la Ver­dad, y el trabajo es a la A.·. L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·., el afecto entre ellos es algo espontáneo y natural, como no podría ser de otro modo. Ahora bien, cuando se busca el afecto (teñido de paternalismo o de cualquier otro ismo del tipo) olvidando así el trabajo, o invirtiendo el orden de prioridades los resultados no son sino problemas, choques, dependencias, presiones, pequeñeces, asuntos de poder.
 
Todo eso con la mejor voluntad de aquellos que entien­den la fraternidad como algo almibarado y se mueven en la horizontal, olvidando que es en la vertical, en la Plomada, donde hay que poner el acento para así verdaderamente ser, aunque eso le cueste a uno estar completamente solo.
 
Únicamente cuando uno renuncia a la compañía la encuentra verdaderamente:

“En la Unidad no hay soledad ni miedo.”

Como siempre en este trabajo la renuncia interna es necesaria para que se nos dé, sin peligro, aquello a lo que renunciamos. Es también por eso que cuanto uno da más, más recibe, cuanto más se entrega más dueño es de sí mismo, cuanto más sirve, mayor es su autonomía.

Queridos hermanos, quiera el G.·. A.·. D.·. U.·. que la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad sean una realidad en nosotros y en nuestro Taller.

 
 
 
 
 

lunes, 20 de junio de 2016

LA RESURRECCIÓN DEL COMPAÑERO MASÓN


En la exaltación el compañero resucita maestro.
 
Aquí, después de pasar por su segunda muerte y tercer nacimiento, llamado también resurrección, alcanza, al menos virtualmente, el "estado pri­mordial" del hombre; nombre con el que se designa en todas las tradiciones a la realización o el desarrollo de todas las posibilidades que están contenidas virtualmente en la in­dividualidad humana, de la que constituyen como prolongaciones múltiples que se extienden en diversos sentidos más allá del domi­nio corporal y sensible; siendo por estas prolongaciones por las que seguidamente podrá establecerse la comunicación con los otros es­tados.
 
Todas las tradiciones, incluida la de Occidente (pues la misma Biblia no dice otra cosa), están de acuerdo en enseñar que este esta­do es el que era normal en los orígenes de la humanidad, mientras que el estado presente no es sino el resultado de una caída, el efecto de una especie de materialización progresiva que se ha producido en el curso de las edades, durante el transcurso de cierto ciclo.
 
Todas las tradiciones designan a esta realización de la individuali­dad integral como la restauración de lo que llaman el "estado pri­mordial", estado que es contemplado como el del hombre verdade­ro, y que escapa ya a varias de las limitaciones características del estado ordinario, especialmente a la que es debida a la condición temporal.
 
El ser que ha alcanzado este "estado primordial" no es todavía más que un individuo humano, no está en posesión efectiva de ningún estado supraindividual; y sin embargo está desde este momento liberado del tiempo, la sucesión aparente de las cosas se han transformado para él en simultaneidad; posee conscientemente una facultad que le es desconocida al hombre ordinario y que po­dríamos llamar el "sentido de la eternidad".

La restauración del "estado primordial" es la primera etapa de la realización metafísica del ser, y el fin del proceso de la realización iniciática en la Masonería de los tres grados. A partir de aquí la realización metafísica ofrece la posibilidad de continuar "a la conquista de los estados superiores y finalmente del estado supre­mo e incondicionado".

Restaurar el “estado primordial" del hombre verdadero en el hombre actual es, como va dicho, recuperarlo, recobrarlo, hacer que el hombre en su actual estado humano se vuelva a poner en el estado que la primera humanidad tuvo; seguir el sentido del quin­to viaje del aprendiz en su pase a compañero.
 
Verdaderamente aquí no hay progreso y evolución sino regreso e involución. El pro­ceso de la realización iniciática puede contemplarse como una marcha hacia atrás, un volver, desandando un camino olvidado por donde antes ya se pasó, al centro de partida, al punto de ori­gen.

En este peregrinaje se muere y se nace a cada paso, pues toda muerte a un estado lleva consigo el nacimiento al estado siguiente. El maestro que nace es el compañero muerto o, dicho de otra ma­nera, el compañero muerto resucita maestro.
 
En la exaltación el compañero revive, valga la paradoja, la muerte del maestro Hiram. El maestro constructor, intérprete de los planos del Templo que concibe y levanta el Gran Arquitecto del Universo. Intermediario entre Este y los obreros que colaboran en la Obra, el Templo del hombre, verdadera "construcción humana" que concierne a las posibilidades del mundo intermedio del alma, como preparación para la realización de las posibilidades del mundo superior.

Por la leyenda del rito de exaltación el compañero se identifica con Hiram porque también él va a transformarse, desprendiéndose de la carne en la fosa de este mundo, en mediador entre ambos planos. La aplicación del triple poder del Gran Arquitecto del Uni­verso, con el que ordena y gobierna todas las cosas, le resucita libe­rando su alma para la ascensión a los mundos superiores, frutos que la Acacia le ofrece. Así, el nuevo maestro puede decir ahora que la Acacia le es conocida.

La leyenda del maestro Hiram es el símbolo por el cual el com­pañero se identifica con el maestro interno. Como todo símbolo, conecta dos realidades y las pone en comunicación. Saca al compa­ñero fuera del tiempo, si así podemos decir, y lo sitúa unido al maestro y a la cadena de sus antepasados, los constructores libres, allí donde cesa la sucesión aparente de las cosas y todo es simultá­neo, viviendo el tiempo mítico, él presente eterno.

Aquí es donde por primera vez en su corta marcha toma conciencia, en la medida que sea, de lo que puede ser un estado no medido por la forma ni por el tiempo. Esta es la resurrección que abre la posibilidad de ascender a los estados superiores del ser y a la Unión suprema. La puerta que alcanzan los que son Hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección (Lucas, 20, 36).
 
 

sábado, 18 de junio de 2016

DERECHOS Y DEBERES DE LOS COMPAÑEROS MASONES

 

PRIMERO:—Los compañeros tienen derecho de asistir a todas las asambleas de sus grados, y de dar sufragios en todas las deliberaciones que tengan por objeto la promoción de aprendices al grado de compañeros.
 
SEGUNDO:—Tienen derecho de tomar conocimiento de los protocolos de los trabajos de su grado, y de leer el catecismo de compañero.
 
TERCERO:—Los compañeros se preparan para la maestría según las profundas meditaciones sobre las cualidades que caracterizan el maestro consumado, y sobre el arte de gobernar bien una logia.
 
El objeto de sus estudios debe ser desenvolver y explicar los misterios que encierra el segundo grado.
 
Ellos someterán por escrito sus reflexiones a su padrino o al orador, los cuales se harán un deber de favorecidos en sus trabajos. Los compañeros están obligados a frecuentar asiduamente las logias de aprendiz y las suyas propias, y cuando obligaciones importantes se lo impidan, lo harán presente a la logia.
 
CUARTO:—Si un compañero descubriese entre sus amigos un hombre digno de ser iniciado en los misterios de la masonería, y que éste le manifieste un gran deseo de serio, como no tiene derecho para proponerlo, lo hará presente por un maestro, el cual tomando su lugar responderá del candidato.
 
QUINTO:—Después de haber cumplido durante cinco meses y asistido a las tenidas ordinarias y con celo los deberes de su grado, todo compañero puede aspirar a obtener la MAESTRIA, además, tiene derecho de pretenderla anticipadamente cuando con escritos sabios, profundamente discurridos y meditados, dé pruebas suficientes de haberse ocupado seriamente de los principios y dogmas de la orden.
 
El fruto de tal trabajo será presentado a la logia por el padrino o por el orador, para que ella sea la que determine.
 
 
 

DECORACIÓN DE LA SEGUNDA CAMARA

 
Se pone una de las piernas del compás que se halla en el altar de los juramentos, sobre la escuadra, y la otra debajo; y arriba del asiento del "Muy Venerable Maestro" que es el título del presidente, símbolo del grado.
 
Esto puede bastar en rigor; más para la perfecta explicación del grado, conviene colocar al norte, frente al Seg.·. Vig.·. , un cuadro pintado como sigue: fondo azul con un cordón en todo el derredor del cuadrilátero, y borlas en las esquinas; hasta abajo, un pavimento de cuadros iguales blancos y negros, del que parte una escalera de tres tramos, compuesto el primero por tres gradas, en las que se debe leer sucesivamente FUERZA, BELLEZA Y SABIDURIA; el segundo de cinco, con los nombres INTELIGENCIA, RECTI-TUD, VALOR, PRUDENCIA, FILANTROPIA; y el tercero, de siete, con los letreros de GRAMATICA, RETORICA, LOGICA, ARITMETICA, GEOMETRIA, MUSICA, ASTRONOMIA: estos terminan en la puerta que se halla entre las dos columnas, en cuyos capiteles hay esculpidas redes, granadas, lirios y arriba un globo terrestre a la izquierda y celeste a la derecha.
 
En el centro la que sostiene al primero, se lee CIENCIA; y en la segunda VIRTUD, arriba de la puerta y sostenido por los globos, un triángulo en el que se halla la ESTRELLA FLAMIGERA y en el centro de ésta una "G"

Debajo se pondrá un aparador, en el que están la Piedra Cúbica de Punta, cubierta por un velo durante cierto tiempo; El Martillo, El Cincel, La Regla, La Palanca y la Escuadra, y más abajo, un banquillo para colocar la Piedra Bruta.
 
Además debe haber un Candelabro de Cinco Luces.
 
 
 

jueves, 16 de junio de 2016

SIMBOLISMO DEL MANDIL


El mandil es la vestimenta masónica por excelencia. Es, sin duda, herencia de la Masonería Operativa, ya que en determinados oficios el uso del mandil, como el de los guantes, es fundamental por criterios de comodidad y seguridad. A menudo es de cuero. Constituye, como la piel, una barrera entre el hombre y la materia. Sobre él recaerán los golpes fallidos o los resbalones de los instru­mentos que trabajan la Piedra, y protege de sus esquirlas durante el desbastado o la talla. También de la suciedad.
 
El aprendiz necesita el peto levantado por la especial rudeza del trabajo de desbastado. Antiguamente su mandil cubría los muslos, los costados y el tórax.
 
Es la primera decoración que el Ven.·. Maestro pone al nuevo Aprendiz, gesto de transmisión por el cual se le da esta insignia distintiva del masón, que tan rotundamente ensalza el valor del trabajo. Así, tras el primer abrazo fraternal que el aprendiz recibe imediatamente después de su recepción, el Venerable M.·. le ciñe el mandil diciendo:

"Recibid este mandil, distintivo del Masón, más honroso que todas las condecoraciones humanas, porque simboliza el trabajo, primer deber del hombre y fuente de todos los bienes, que os dará el dere­cho de sentaros entre nosotros y sin el cual nunca debéis estar en la Logia"

Dice el Génesis que Dios vistió de piel a Adán y a su mujer y los envió fuera del Jardín del Edén "para que trabajaran la tierra". Puede entenderse de esto que Dios dotó al hombre de cuerpo físico para que ejercitase, trabajase, sus cualidades divinas en la tierra. Podemos deducir de esto que cuando nos ponemos el mandil, estamos recordando la naturaleza y la finalidad mismas del hombre tal como ahora lo conocemos: espíritu revestido de materia que trabaja la tierra para plasmar en ella sus capacidades, que a través de este trabajo puede conocerse a sí mismo, pues ese mundo exterior puesto a su disposición refleja a su vez de forma simbólica su propia esencia.

Así que el mandil es al masón como el cuerpo físico es al hombre. El mandil representa al masón mismo. Nos recuerda que aquí todo el trabajo se hace a través del plano físico, que visto así no resulta un nivel inferior, sino el plano substancial en el que la esencia se encarna para poder de ese modo tomar parte en la gran Construcción Universal. Como el propio cuerpo físico, porta las huellas de la vida vivida y del trabajo realizado. Como todos los símbolos tiene diferentes planos de lectura y en él, todo es significativo: la forma, el color, el tejido, el lugar que ocupa sobre el cuerpo.

El mandil del aprendiz es blanco. Refleja así su buena voluntad y su pureza de intención: ha pedido la Luz, ha buscado la Verdad y ha llamado a las puertas del Templo y ése, su trabajo hasta ahora, es lo que acredita su blanco mandil. En los restantes grados sigue teniendo un fondo blanco, recordando esta rectitud de intención que debe acompañar siempre el trabajo del Masón. En los grados de aprendiz y compañero es de cuero, y en los demás grados pue­de ser de seda o satén: la densidad del cuerpo físico se va sutilizan­do en la medida en que el trabajo implícito en la iniciación se va realizando produciéndose así una vuelta hacia el origen, hacia el hombre primordial.

La costumbre de cubrir o proteger simbólicamente la región hipogástrica es común entre distintas civilizaciones y culturas: ce­ñidor de los israelitas, delantales blancos persas, fajas sagradas de los brahmanes, mantos blancos de los esenios, mandiles blancos japoneses, han sido usados en ceremonias iniciáticas y rituales. Dado que el objeto de trabajo, la Piedra bruta, somos nosotros mis­mos, se deduce de ello que es nuestro propio plano inferior del que nos tenemos que proteger y a la vez sobre el que tenemos que trabajar a fin de lograr el máximo progreso moral y espiritual, cum­pliendo así con el mandato de "dominar la tierra sabiamente".

Puede decirse que el mandil tiene tres partes: una triangular, una cuadrada y unas cintas que lo rodean y sostienen. Como el propio cuerpo humano parece tener cabeza, tronco y extremida­des: el plano interior, el plano exterior y la trama universal que todo lo relaciona. Como en la propia Logia, el Delta preside el tra­bajo en el Templo, recorrido por la Cadena de Unión. Visto así, se establece una superposición de planos: Mandil, Hombre, Templo, Universo.

El mandil se asocia igualmente con LIBERACIÓN: este simbolis­mo se basa en la hazaña realizada por el herrero Kaveh, en la Persia del s. VII d. C, en la que enarbolando su mandil de herrero so­bre una lanza, atacó y venció al tirano Zohac. Sin profundizar mucho en este simbolismo, aprecio que a pesar de todas las dife­rencias de forma, coincide plenamente con el del trabajo: con nues­tro esfuerzo y perseverancia (enarbolando el mandil como bandera) podemos vencer las pasiones que nos tiranizan, estableciendo un gobierno de libertad y progreso en nosotros mismos. Así pues, TRABAJO y LIBERACIÓN son la misma cosa.

El mandil pone también de manifiesto que el hermanamiento y la jerarquía constituyen la base de la trama con la que el Gran Arquitecto ha realizado su obra: todos los masones llevamos mandil (todos los masones hacemos de nuestra vida un trabajo tras la iniciación) y sin mandil, sin trabajo, no hay un masón auténtico.
 
Pero cada mandil es distinto en función del trabajo realizado, siendo este el único que establece distinciones, no reconociéndose otras diferencias que las marcadas por el trabajo que cada uno realiza o ha realizado. Esta consideración puede hacerse extensiva a todas Ian criaturas con las que en esencia estamos hermanados y en rela­ción a las cuales estamos jerarquizados, en función del trabajo que hemos realizado o que realizamos.

El símbolo es algo vivo. Símbolo y simbolizado parecen interpenetrarse y se puede establecer una comunión con él mediante la cual se va revelando y se va mostrando, dejándose ver y comprender, y respondiendo a las pregun­tas hasta que su profundidad agota mi capacidad de preguntarle y me rindo, sabiendo que tengo ante mí todas las respuestas... a pre­guntas que aún no sé formular.
 
 
 

DERECHOS Y DEBERES DE LOS APRENDICES


La iniciación da a los Aprendices los derechos y privilegios de un Masón, exceptuando aquellos reservados a los Compañeros y Maestros, porque a éstos están reservados conocimientos masónicos más extensos.
 
Los Aprendices, tienen el derecho de asistir a todas las reuniones de su grado, y dar sufragio todas las veces que se haga escrutinio para iniciaciones en los misterios de la Orden, o para Afiliaciones y Regularizaciones.
 
Todas las veces que ellos asistan a la Logia, tienen el derecho de registrar las disposiciones de la Tenida de sus grados, de leer el Catecismo y el Código de Leyes, que el H.·. Srio.·. , está obligado a confiarles y que deben devolver antes de salir de local.
 
Será de su deber familiarizarse en el conocimiento de las Leyes, y de todo lo que tiene relación con su grado, y de este modo señalarán su celo masónico y su amor por la institución.
 
El Aprendiz, debe hallar en las Logias de su grado, poderosos motivos para estimularse a la práctica de los deberes impuestos a los masones, sea en la Logia, o en el mundo profano, debe reflexionar maduramente sobre la masonería en general, y particularmente sobre el punto moral de su grado. Resumiendo luego sus observaciones y trazando sobre el papel sus reflexiones, las comunicará a su padrino o al Orador de su Logia. En la redacción de este trabajo evitara emplear una vana ostentación de ciencias, y se sujetará a desenvolver sus ideas con claridad y precisión y probando que está penetrado de su contenido.

Los Aprendices están obligados a asistir a todas las Tenidas de su grado, y particularmente a las Logias de Instrucción, a menos que estén impedidos por deberes importantes; en este caso dirigirán su excusa a la Logia por escrito. Están impedidos de proponer por sí mismos a los profanos de quienes creen pueden ser admitidos en la Orden. Los Aprendices, deben hacerlo conocer a un Maestro, que se encargará de la proposición y de la responsabilidad.

Después de haber llenado exactamente sus deberes por el tiempo de tres meses cuando menos y concurrido a los trabajos regularmente, pueden congratularse con la esperanza de ser promovidos al segundo grado, sobre todo cuando hubiese presentado a la Logia por medio de su padrino o del Orador una memoria en la cual haya tratado de los conocimientos masónicos del primer grado.
 



LA CUERDA DE DOCE NUDOS


Esta cuerda, que rodea la Logia, partiendo de una columna para rematar en la otra, corresponde muy exactamente al cordón que limitaba el espacio reservado a las asambleas político-judicial de los Hermanos.
 
Se verificaban estas asambleas al aire libre, en un lugar consagrado, lo más a menudo sobre una eminencia natural o artificial. La plaza requerida quedaba circunscrita de doce lanzas o picas plantadas en tierra y unidas por una cuerda sólida atada a estos soportes. El recinto así constituido se consideraba sagrado, y quien quiera que intentaba pasar bajo la cuerda, para entrar o salir, se hacia reo de sacrilegio, el cual crimen se castigaba con la pena de ser sacrificado a las divinidades de la horda o del clan.
 
Para poder tomar debidamente parte en la asamblea, era menester pasar entre las dos picas en las que remataban las extremidades de la cuerda (véase, pues el error que algunos HH.·. cometen al rodear las columnas del Templo, invocando la no polarización de las fuerzas antagónicas).
 
En aquel lugar se colocaba un heraldo cuya misión era la de oponerse al paso de los intrusos, o personas no clasificadas, (hoy en la puerta de entrada se coloca el H.·. Guarda Templo, quien no permite la entrada de personas no iniciadas).
 
Solamente los hombres nacidos libres eran admitidos. Tenían la obligación de presentarse, revestidos de sus armas, que colgaban de su cintura por delante (de la misma manera que nosotros acostumbramos ceñirnos el mandil) porque en esos pueblos muy dados a combatir desnudos, el equipo de guerra era, en rigor, toda su vestimenta.

Se abría la asamblea por una serie de preguntas y respuestas, sobre la hora por qué debía hacerse constar que el sol había llegado al meridiano, en otras palabras, que era el mediodía, pues sólo en ese momento el jefe, espada en mano. (En los más antiguos rituales llamados, escoceses, el Venerable Maestro y los hermanos, no abandonaban las espadas, según la costumbre caballeresca) invitaba a los asistentes a formar en orden, o sea a ponerse al orden. Es probable que por esto se entendía tomar una actitud convenida, alineándose regularmente.

En el curso de los debates, la asamblea decidía sobre todos los asuntos de interés general o de derecho particular que pudieran surgir a la discusión; especialmente decidían sobre la paz o la guerra, ratificaban antiguos tratados hechos con los poblados vecinos, etc. En estas asambleas también procedían a la admisión en su seno de jóvenes que alcanzaban su mayor edad y que reconocían como dignos de gozar los derechos y las prerrogativas de los hombres libres. (Eran iniciados.)

Esto recipiendarios eran previamente despojados de sus armas, de todos sus metales, de su tocado y de sus guantes, para que en seguida ser solamente armados y plenamente equipados (uno de nuestros requisitos antes de proceder a la iniciación).

La escritura era entonces desconocida, por lo cual la minoría debían retener todas las decisiones con fuerza de ley. Una instrucción jurídica por preguntas y respuestas terminaba, en consecuencia, los debates de cada asamblea. (Nuestro Catecismo.)

No se separaban hasta media noche, (hora simbólica de clausurar nuestros trabajos simbólicos) después de cenar con la carne de las víctimas sacrificadas. Un ceremonial reglamentaba estos ágapes sagrados, acompañados de libaciones, la última de estas siendo a la salud de los hermanos caídos en desgracia, o en poder del enemigo. Nuestras tenidas de masticación.

Este paralelismo con la masonería hace suponer que las confraternidades constructoras de la Edad Media perpetuaron inocentemente muy antiguos usos paganos. En efecto, la importancia que nosotros concedemos al mallete, podría relacionarse al Dios Donar, especie de Júpiter Tocante, del cual todo jefe de familia era sacerdote en el hogar, y cuyos ritos familiares se verificaban con la ayuda de un martillo (nuestro mallete).


 

SIMBOLOS ASTRALES MASÓNICOS


El Venerable Maestro, representa al Sol;
el Orador, a Mercurio;
el Secretario, a Venus;
el Tesorero, a Marte;
el Maestro de Ceremonias, a la Luna;
el Primer Experto, a Saturno;
el Segundo Vigilante, a Urano;
el Primer Vigilante, a Neptuno;
y los demás oficiales, a los satélites de los planetas.
Los visitantes, a los Cometas.
 
las potencias masónicas, a las Nebulosas, de las que cada Venerable, representa una estrella, nadie representa la Tierra, porque en ella estamos.
 
No es mera fantasía este simbolismo; recuérdese que la palabra Logia significa Universo y que el hombre (Microcosmos) era considerado por las antiguas escuelas iniciáticas como una imagen reducida del Gran Todo (Macrocosmos).

INSIGNIAS

El simbolismo de las insignias es como sigue:
 
El Venerable Maestro una Escuadra, símbolo de la igualdad con que debe regir a todos los miembros de la Logia.
 
El Primer Vigilante, un Nivel, alegoría de la equidad que ha de guardar en sus pareceres.
 
El Segundo Vigilante una Plomada o Perpendicular, que lo es de la rectitud de sus procedimientos;
 
El Tesorero, Dos Llaves Cruzadas,  signo de su fidelidad y cuidado en la conservación de los metales.
 
El Secretario, Dos Plumas Cruzadas expresivas de su empleo.
 
El Primer Experto, un Triángulo, señal de la fuerza y el orden que sabrá usar con su pericia;
 
El Maestro de Ceremonias, una Regla 24 Pulgadas, para que cada hora del día recuerde lo que ha de hacer para evitar confusión en los trabajos.
 
El Orador, un Libro Abierto, para que no pierda de vista la ley y exija su cumplimiento.
 
El Hospitalario, un Bolsa, característica de su ejercicio, que es repartir dinero entre los pobres.
 
El Ecónomo, un Candado que expresa la seguridad con que conserva los efectos a su cuidado.
 
el Porta-Estandarte, un Compás para que vigile y mida todos los pasos de un modo digno y solemne en nuestras ceremonias.
 
El Guarda Templo, Dos Espadas Cruzadas para que nos defienda de los profanos.

LA VENDA

La venda de los candidatos simboliza su ignorancia iniciática y en general, la ignorancia profana, tan dañosa a la felicidad de los hombres, pues los reduce a bestias de carga.

LA CUERDA

La cuerda significa que el ignorante no sólo es instrumento del que lo explota, sino que vive esclavo de sus propias pasiones.

EL MANDIL

En el Aprendiz, el Mandil, es símbolo del trabajo, por su uso, y por su blancura, de la pureza, por lo que se debe guardar siempre, puro y sin mancha.

EL MARTILLO

El martillo, es el instrumento con que debe batir en el yunque de la razón, y debe traerlo siempre consigo, para que no olvide sus deberes.

LA REGLA

La regla, indica que ningún masón debe separarse de la línea inflexible del deber.

LA ESPADA FLAMIGERA

La espada flamígera, es la insignia de mando del Venerable Maestro, y sobre ella prestan todos los recipiendarios sus juramentos. Es de forma ondeada y entre los Druidas era llamada Belino, el Dios del Sol. En la Biblia se dice que el Angel que arrojó a Adán y a Eva del Paraíso, guardó las puertas con una espada flamígera o de fuego.
 
Simboliza esta espada el castigo del mal cuando sobre él se triunfa, de la ciencia y de la protección, generalmente, en lenguaje masónico a las espadas se les llama aceros.

LAS LLAMADAS

Los tres golpes con que el Aprendiz llama a la puerta de una Logia, significan: PEDID y se os dará (la luz) BUSCAD y encontraréis (la verdad); LLAMAD y se os abrirá (la puerta del templo).

LA PALABRA SAGRADA

La palabra sagrada de NO SE LEER NI ESCRIBIR, significan en el lenguaje simbólico, que en la enseñanza progresiva de la Masonería, el Aprendiz, va al principio de su carrera y son tan cortas sus luces iniciáticas que apenas deletrea con dificultad aquello mismo que más tarde estudiará bien. La manera de deletrear la palabra sagrada es un símbolo complementario del anterior. Es el método de enseñanza, en nuestra orden, que solicita los esfuerzos intelectuales de todos los HH.·., puesto que rechaza la enseñanza dogmática, en el sentido vulgar de la palabra.
 
Entre nosotros la palabra dogma no tiene más significativo que enseñanza y se refiere a nuestras doctrinas eminentemente liberales, se pone el neófito en la vía de verdad sagrada; él debe buscar la segunda; lo ayudamos con la tercera, para rectificar su investigación, pero él debe buscar por sí mismo la última letra, es decir, por si mismo debe buscar la verdad suprema, el último ARCANO.

El, SALARIO

El salario es la recompensa del trabajo masónico, antiguamente (Masonería Operativa) era la paga en moneda corriente que se hacía a los obreros. Entre otros el Salario se traduce en un perfeccionamiento gradual de nosotros mismos. Los trabajos masónicos, siempre se verifican a cubierto, no sólo porque así lo ordenan nuestros Landmark, sino porque todas las fuerzas que están destinadas a desarrollarse útilmente afuera, deben primeramente concentrarse en sí mismas, de que cuando estén ya bien preparadas por comprensión, adquieran el sumun de energía expresiva.
 
Una Logia regularmente a cubierto puede compararse a la célula orgánica y más especialmente al huevo, que contiene un ser en potencia de devenir. Además, todo cerebro figura un taller cerrado: es una asamblea deliberante al abrigo de las agitaciones del exterior. Cuando los trabajos no están a cubierto, debe decirse "Llueve", para indicar a los masones que su conversación corre peligro de ser sorprendida por oídos profanos.

EL ALTAR O ARA

En el Altar, el Compás indica la moderación de nuestros deseos; la Escuadra, la equidad que debe arreglar nuestras acciones; la Biblia, el espiritualismo del masón, y la Espada es el símbolo del honor por el que juran todos los miembros de nuestra orden.
 
Las Tres Antorchas simbolizan la CIENCIA, la VIRTUD y la FRATERNIDAD.

LAS LUCES

Las luces en Masonería se designan con el nombre de Estrellas. Las estrellas del Altar se llaman también antorchas.

LAS GRADAS

Las palabras FUERZA, BELLEZA y SABIDURIA, inscritas en las Tres Gradas del primer tramo de la escalera simbólica que conduce al templo, significan los dotes que ha de poseer el neófito.

LA COLUMNA NORTE

Los Aprendices se sientan al Norte (Septentrión) que representan la región menos alumbrada, puesto que ellos aún no han recibido sino una instrucción muy elemental en masonería y por consiguiente aún no pueden soportar la Gran Luz (Iniciática) en todo su esplendor.

DEL MASON

Se dice que un Masón es hombre libre, porque ningún esclavo puede ser masón y además, porque todos nuestros HH.·. , en el momento de su iniciación, debe morir para los prejuicios vulgares, y renacer a una nueva vida, a la virtud.
 
El masón debe ser igualmente amigo de los pobres que de los ricos, si son virtuosos, porque el valor individual se aprecia en razón de las cualidades morales. La estimación no debe medirse sino según la constancia y la energía que el hombre aporta a la realización del bien.

EL AGAPE FRATERNAL

Alegóricamente los trabajos se abren al mediodía y se cierran a medianoche, para indicar que el hombre llega a la mitad de su carrera, al mediodía de su vida, antes de poder ser útil a sus semejantes; pero que desde ese instante hasta su última hora debe trabajar sin descanso por la felicidad común. Hay, además, otras razones, una de las cuales es que Zoroastro(Zarathustra), uno de los fundadores de los misterios de la antigüedad, recibía a sus discípulos al mediodía y se despedía de ellos a la medianoche, después del Ágape Fraternal, con que terminaban sus trabajos.

IMPORTANTE ANTECEDENTE

Algunos Ritos han elegido el mes de Marzo, para comenzar su año masónico, porque en Egipto los misterios empiezan en el Equinoccio de Primavera (Primum Tempus), que significan primera estación del año; pero como el día en que llega el equinoccio es variable, se ha escogido la fecha fija del mes de Marzo. La edición que hacen de los 4,000, al millar vulgar, tuvo lugar únicamente para satisfacer la idea bíblica que dominaba entonces.
 
 
 

miércoles, 15 de junio de 2016

REGLAS GENERALES DE DISTRIBUCION DE UNA LOGIA SIMBOLICA

 
Para que los trabajos de una Log.·. sean completos, se necesita que esté situada en un lugar a Cubierto de toda indiscreción Profana y que tenga a lo menos cinco departamentos, que son: Cuarto de Reflexiones, Sala de Pasos Perdidos, Atrio, Templo y Cámara Negra. Si el local lo permite, habrá también un Salón para Banquetes, y tres Cuartos de Reflexiones, en lugar de uno. En rigor se necesitan dos departamentos: Templo y Cuarto de Reflexiones.

CUARTO DE REFLEXIONES

Este es un Cuarto vestido de negro, con pinturas de cráneos, huesos, esqueletos y alumbrado por una lámpara sepulcral. Hay una mesa pintada también de negro, sobre la cual se pone un vaso con agua, y otro con sal, un pedazo de pan negro y un papel para escribir. Una caja de muerto, dentro de la cual está un esqueleto, un banquillo tosco, en las paredes cuadros con los letreros amenazantes de S.·. Ant.·. etc.
 
Sobre la mesa un papel triangular con cuatro preguntas, que son:
 
¿Qué debe el Hombre a Dios?
¿Qué se debe a sí mismo?
¿Qué debe a sus semejantes, si vuestra última hora hubiese llegado?
¿Cuál sería vuestro testamento?

ATRIO

Entre la Sala de Pasos Perdidos, y el Templo, habrá una pieza tapizada del azul, alumbrada por una sola luz, y con un solo asiento para el Guarda Templo Exterior. A esta pieza sólo entran los H.·. H.·. cuando estén anunciados y admitidos.

TEMPLO

Este departamento es una gran pieza de cuatro lados, rectangular, al fondo elevado sobre tres escalones pequeños y separado del resto de la pieza por una barandilla abierta en el centro para dar entrada y salida a los H.·. H.·.

LUGAR DEL VENERABLE MAESTRO

En el fondo habrá un Trono elevado sobre siete gradas, este Trono es semicircular. En su parte delantera se pintará un compás graduado, una cuchara de albañil y un martillo. Sobre el Trono estará siempre que haya trabajos, la Carta Patente de la Logia, un mallete, una cuchara de albañil, una Espada Flamígera, un compás y un recado de escribir y un candelabro de nueve luces. En los trabajos ordinarios sólo se encienden tres luces.

 
En el fondo detrás del asiento del Ven.·. habrá un Triángulo radiante con un Ojo viéndose de Oriente a Occidente.

LUGAR DEL SECRETARIO

A la derecha del Trono de Ven.·. M.·. , y cerca de la barandilla, estará la Mesa cuadrada del Secretario, elevada sobre una grada, sobre la mesa recado de escribir, un candelabro de tres luces, y el cuadro de los H.·. H.·., que forman el Taller.

 
 En la parte anterior de la mesa, estarán pintadas o en relieve dos Plumas cruzadas.

LUGAR DEL ORADOR

A la izquierda del trono del V.·. M.·. y cerca de la barandilla, estará la mesa del Orador elevada sobre dos gradas, e igual tamaño y forma a la del Secretario, sobre ella estarán: Los Estatutos Generales de la Orden, las Constituciones de la Gran Logia y los Reglamentos del Taller, y un candelabro de siete luces, no encendiéndose más que tres en los trabajos ordinarios. En la parte delantera de la mesa, estará pintado o en relieve un libro abierto.

LUGAR DEL TESORERO

Abajo, cerca de la barandilla y del lado del Orador, estará la mesa del Tesorero, elevada sobre un escalón, e igual tamaño y forma a las del Srio.·. y Orad.·., sobre ella habrá recado de escribir, la Bolsa o Saco de Proposiciones, y un candelabro de tres luces, de las cuales se enciende una en los trabajos ordinarios. En la parte delantera de la mesa, estarán pintadas o en relieve dos llaves cruzadas.

LUGAR DEL HOSPITALARIO

Del lado del Srio.·., y en la misma posición que la mesa del Tes.·., estará la del Hospitalario, sobre ella habrá recado de escribir, la Bolsa o Saco de Beneficencia, y un candelabro de tres luces, de las cuales se enciende una en los trabajos ordinarios. En la parte delantera como los anteriores se pintará o en relieve, una bolsa.

LUGAR DEL PRIMER VIGILANTE

Frente a Oriente, y a la izquierda de la puerta de entrada, estará el trono del Primer Vigilante, elevado sobre cinco gradas. La mesa será triangular, en una de sus caras se pintará o en relievé una Piedra Cúbica y en la otra un Nivel. Sobre el trono se encontrarán una escuadra de hierro o madera, un Mallete, una pequeña columna con la letra "J", y un candelabro de cinco luces, no haciéndose uso más que de tres en los trabajos ordinarios. Detrás del asiento estará un Triángulo Radiante, más pequeño que el de Or.·. y semejante a él.

LUGAR DEL SEGUNDO VIGILANTE

Al lado derecho de la entrada, y a cinco pasos mirando al Sur estará el trono del Seg.·. Vig.·. elevado sobre tres gradas, el trono es igual al del Prim.·. Vig.·. y sobre él estará una Regla de 24 pulgadas, un Mallete, una pequeña Columna con la letra "B", y un candelabro de tres luces, sobre una de las caras del trono, estará pintado o en relieve la Piedra Bruta y en la otra una Regla y un Martillo cruzados. Detrás del asiento un Triángulo Luminoso más pequeño que el del Prim.·. Vig.·.

LUGAR DEL MAESTRO DE CEREMONIAS

Delante de la mesa del Tes.·. , estará la silla para el Maestro de Ceremonias y recostada su vara contra la barandilla.

LUGAR DEL PORTA-ESTANDARTE

Delante de la mesa del Hosp.·. , estará la silla para el Porta-Estand.·. , al pie de la escalera de entrada a Or.·., cerca de él estará un tubo fijo, donde se coloca el Estandarte, cuando se despliegue.

LUGAR DE LAS DOS COLUMNAS

A tres pasos de la puerta de entrada, estarán las Dos Grandes Columnas, las que serán Bronceadas. La de la derecha entrando, tiene la letra "J", y la otra una "B". Estas columnas tienen en la parte superior un Grupo de Granadas y en el centro una Esfera. La de la izquierda entrando, es la terrestre y la de la derecha, la celeste.

LUGAR DE LOS EXPERTOS

Al pie de la Columna "J", estará el asiento del Primer Experto , el Segundo Experto , estará su asiento, al pie de la Col "B".

LUGAR DEL ARA O ALTAR DE LOS JURAMENTOS

A las dos terceras partes del salón, sin contar el Or.·. estará el Ara o Altar de los Juramentos, que es una Pirámide Truncada de base cuadrada, elevada sobre Nueve Escalones, encima del altar, estará un Cojín Carmesí con borlas de oro en sus ángulos, y encima una Escuadra , un Compás, y una Biblia. Este altar estará alumbrado por Tres Grandes Cirios en grandes candelabros.

LUGAR DEL MAR DE BRONCE

A la derecha del Primer Vigilante, y fuera del trono, se hallará el Mar de Bronce, que es una fuente de ese metal sobre un pedestal de doce cabezas de buey.

LUGAR DEL ALTAR DE LOS PERFUMES

A la derecha del Segundo Vigilante, y fuera del trono, se encontrará el Altar de los Perfumes, que es un pedestal, sobre el cual estará un bracerillo o pebetero, y tres candelabros de una luz cada uno.

SILLAS, LLAMADAS TAMBIEN COLUMNAS

En los costados derecho e izquierdo del Salón, hay una o dos hileras de sillas, llamadas columnas, para los H.·. M.·. del Primer Grado. Se sentarán del lado del Primer Vigilante, los del Segundo Grado , a la izquierda del Segundo Vigilante y los M.·. M.·. a su derecha, y en Or.·. , lo que designe el Ven.·. Maest.·.. Habrá tantas espadas como asientos.

DECORACION DEL ORIENTE

Todo el oriente, deberá estar pintado de azul cielo, con nubes iluminadas por el Sol, que se supone está elevándose sobre el horizonte.

LOS SIGNOS DEL ZODIACO

El techo o bóveda del templo, estará pintado de azul; representando el Cielo, y se pintarán en él, los signos del zodiaco y las demás constelaciones, conforme a sus lugares.

DISTRIBUCION DEL CORTINAJE

Todas las paredes del salón estarán pintadas de rojo no oscuro, representando cortinaje. Diez columnas blancas, estarán pintadas o en relieve al rededor de las paredes, cinco al Sur y cinco al Norte, no contando la pared de Oriente, que ya se dijo estará pintada de rojo.

LUGAR DE LA CADENA MISTICA

Alrededor de la parte superior de las paredes, se pintará una Cadena o Cordón con doce nudos, rematados en el Occidente.

COLOR DEL PISO

El color del piso de Oriente, será rojo. El resto del salón, de cuadros iguales Blancos y Negros.

COLOR DE LOS TRONOS

El color de los tronos y de las mesas, será blanco y llevará filetes dorados.

ILUMINACION

Habrá en el salón, los candelabros de pared y los candiles necesarios para una buena iluminación en las grandes ceremonias de la orden.

LUGAR DEL TRIANGULO LUMINOSO

Entre las dos Columnas Bronceadas, que están a la entrada, en su parte superior, se colocará el Triángulo Luminoso y en el centro llevará el Compás y la Escuadra con una "G" en el centro.

SALA DE PASOS PERDIDOS

Este Departamento está destinado a la reunión de los H.·. H.·. , antes de pasar al templo, para recibir a los visitantes, antes de entrar a los trabajos, para las cómodas y escritorios de las Secretarías y Tesorerías, para los cuadros de los miembros del Taller, de avisos y para la colocación de coronas en honor de los H.·. H.·. desaparecidos, y aun para banquetes, si es que no existe el adecuado. La Secretaría y Tesorería tendrán un Salón especial cuando esto se pueda.




 

CODIGO MORAL MASÓNICO


Este Código es universalmente reconocido,
por todas las Potencias Masónicas,
desde la Reorganización de la Masonería
por la Gran Logia de Inglaterra, en el año de 1717
 y aprobado por el Convento de Lausana,
Suiza, el 5 de septiembre de 1875. e.·. v.·.
 
Código Moral Masónico

Adora al Gran Arquitecto del Universo.
 
Ama a tu prójimo.
 
Haz el bien, y deja hablar a los hombres.
 
El verdadero culto a Dios,
consiste en las buenas costumbres.
 
Haz el bien, por el amor al bien mismo.
 
Conserva tu alma pura,
que pueda presentarse a toda hora delante de Dios,
libre de todo reproche.
 
Ama a los buenos; compadece a los débiles;
huye de los malvados, más no odies a nadie.
 
Háblale respetuosamente a los grandes,
prudentemente a tus iguales,
sinceramente a tus amigos,
y con ternura a los pobres.
 
No adules jamás a tu hermano,
porque es una traición y si tu hermano te adula,
desconfía no te corrompa.
 
Escucha siempre la voz de tu conciencia.
 
Sé el padre de los pobres:
cada suspiro que tu dureza les arranque,
será una maldición que caerá sobre tu cabeza.

Respeta al extranjero y al viajero,
porque su posición lo hace sagrado para ti.

Cuando a tu vez seas extranjero,
no abuses de esa circunstancia pretendiendo
mayores consideraciones que las de justicia.
 
Evita las disputas, prevé los insultos
poniendo la razón de por medio.

Respeta a las mujeres;
jamás abuses de su debilidad,
muere antes que deshonrarlas.
 
Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo,
dale gracias; pero tiembla
por el depósito que te confía,
porque en lo adelante tú serás para ese niño
 la imagen de la Divinidad.
 
Haz que hasta los diez años te tema;
hasta los veinte te ame,
y hasta la muerte te respete.
Hasta los diez años sé su maestro,
hasta los veinte su padre,
y hasta la muerte su amigo.
 
Enséñale antes buenos principios,
y después bellas maneras:
que te deba una doctrina esclarecida,
mejor que una frívola elegancia.
Que sea mejor un hombre honrado,
que no un hombre hábil.
 
Lee y aprovecha, ve e imita,
reflexiona y trabaja;
y que todo redunde en beneficio
de tus hermanos, para tu propia utilidad.
 
Sé siempre contento para todo,
con todo, y de todo.
 
Jamás juzgues ligeramente
las acciones de los hombres,
perdonándolas y no condenándolas.
Dios que es el que sondea nuestros corazones,
es solo quien puede apreciar su obra.

 
 
 

lunes, 13 de junio de 2016

EL TRABAJO DEL APRENDIZ MASÓN

 
La Masonería proviene de una iniciación de oficio derivada de las corporaciones de constructores medievales, las que le han transmitido su estructura, grados iniciáticos y su simbólica relacio­nada con el Arte de Construir.
 
En toda Civilización tradicional cualquier actividad humana es considerada como derivada de los principios vigentes. Este vínculo provoca una "transformación" en la actividad humana que pasa a integrarse en la tradición, consti­tuyendo así, para aquel que la realiza, un medio de participación efectiva en ella, lo que significa que reviste un carácter estricta­mente "sagrado" y "ritual".

La Masonería trabaja, simbólica y ritualmente en la edificación del templo universal a la Gloria del Gran Arquitecto, principio es­piritual que dirige sus trabajos y cuya "influencia" es transmitida en la iniciación al neófito.

Esta construcción es simultáneamente interior y exterior; inte­rior en cuanto el masón es él mismo un templo en el que se mani­fiesta el espíritu, exterior en cuanto que es una piedra del templo que levanta junto a sus hermanos de todos los tiempos "extendidos sobre toda la superficie de la tierra".

Participar de esta Obra, ser obrero activo en esta construcción requiere un aprendizaje del oficio, lo que incluye el manejo de las herramientas y el conocimiento de las reglas correspondientes que rigen la edificación; este aprendizaje constituye la base del trabajo interior y supone una verdadera ascesis tendente a la obtención del Conocimiento.

Respecto al término "ascesis" y su verdadero significado citare­mos al hermano Rene Guénon:

La palabra ascesis designa propiamente un esfuerzo metódico para alcanzar un cierto objetivo, y más particularmente un objetivo de orden espiritual.

El catecismo del Aprendiz define claramente en qué consiste su trabajo que no es sino desbastar la Piedra Bruta, a fin de despojarla de sus asperezas y acercarla a una forma en consonancia con su destino. 


Esa Piedra Bruta es el símbolo del Aprendiz, la piedra que habiendo sido extraída de la cantera del mundo profano es traslada­da al Atrio del Templo, lugar donde trabajan los aprendices.

Desbastar la Piedra quiere decir despojarse de los prejuicios, creencias, opiniones y valores que han sido aprendidos y asumidos como propios a través de la educación, costumbres y ambiente profanos, mundo al que en su proceso iniciático el Aprendiz debe morir para renacer como Hombre Nuevo.

Para acometer semejante tarea, el Oficio proporciona al iniciado tres herramientas esenciales; el Mazo, el Cincel y la Regla de 24 pulgadas.

El Mazo simboliza la fuerza de la voluntad, es el impulso de querer despojar a la Piedra de sus imperfecciones, lo que implica que el Aprendiz debe reconocer y abandonar los múltiples egos que dan forma a su individualidad, tan irreales e impermanentes los unos como la otra.

Manejar el Mazo requiere destreza, hay que aprender a graduar la fuerza y la intensidad del golpe. Golpear con excesivo ardor puede hacer que la Piedra se rompa haciéndola inadecuada para su colocación en el Templo, por el contrario golpear sin la suficien­te fuerza puede hacer imposible su desbastado. De la misma ma­nera, golpear con mucha rapidez puede llegar a fatigar al Apren­diz y hacerle errar la precisión necesaria del golpe, realizarlo con lentitud puede hacerlo indolente y no digno de pertenecer al ofi­cio.

La segunda herramienta, complementaria del Mazo, es el Cin­cel, símbolo de la inteligencia y el discernimiento; dirige con preci­sión la fuerza del Mazo; relacionado con el rayo es la Luz que golpe a golpe va penetrando en el corazón, disipando las tinieblas de la ignorancia y ordenando el caos interior.

Para que el Cincel sea plenamente efectivo es necesario que se mantenga perfectamente afilado mediante la meditación y el estu­dio de los códigos simbólicos correspondientes.

El trabajo masónico requiere paciencia y perseverancia, es un Arte que se practica las 24 horas del día, no en vano se afirma que el masón lleva consigo su propia logia.

La Regla de 24 pulgadas, tercera de las herramientas, es el sím­bolo de la Ley y la rectitud, es la norma que permite al aprendiz realizar su trabajo "rectamente".

Guénon señala que la regla conlleva la noción de ritmo, pues si se divide la Regla de 24 pulgadas entre dos, obtenemos dos de 12 pulgadas cada una, de las cuales, 12 se corresponderían con el ciclo ascendente del día y doce con el ciclo descendente, por esténsión día y noche, inspiración y expiración... etc.

Todo Arte o Ciencia tradicional reviste un carácter sagrado y ritual; si efectivamente el trabajo del Apren­diz es fundamentalmente el realizado sobre la Piedra, este no puede ser cumplido de cualquier manera, antes bien debe estar signado por ese carácter sagrado y ritual, siendo la Plomada del Hermano Seg:. Vig:. quien le indica cómo hacerlo.

Por un lado simboliza la dirección y el sentido hacia donde debe dirigir su intención que no puede ser sino vertical y hacia lo Alto, y por otro lado y simultáneamente, al estar suspendida en lo alto y ser su sentido descendente simbolizando las influencias ce­lestes que fecundan las Tierras Vírgenes -el propio Aprendiz- le muestra la actitud de perfecta receptividad que debe presidir su actividad, no dando nada por sabido y estando abierto a toda posibilidad ofrecida por el propio proceso iniciático.

En cuanto a los trabajos del aprendiz lo primero es llevar la idea de rito a todos los ámbitos de la vida y su cotidianidad personal, y lo segundo es saber que esto no debe realizarse nunca de manera lite­ral, de una forma lineal, sino que más bien se trata de "vivir al ritmo del compás cósmico, advirtiendo la sacralidad del entorno físico-anímico derivado de un ser espiritual, tan invisible como inteligen­te".

 

 

EL APRENDIZ MASÓN


Situado, jerárquicamente hablando, en la base de la construcción sin ella nada se realizaría. Es el comienzo, y la parte necesaria­mente más sólida, no se permiten aquí filigranas ni arabescos; los cimientos se hunden en la tierra para que el edificio pueda elevar­se. La tarea del aprendiz, en cierto modo, como la construcción de los cimientos, es dura y oscura pero imprescindible.


Se dice que el recién iniciado es como un niño que acaba de na­cer y está, por lo que respecta a ese nuevo mundo o plano, en idén­tica situación. Conviene al aprendiz tener presente esta situación de precariedad al comenzar su trabajo en el tallado de la Piedra. Este, como dicen los alquimistas respecto al mantenimiento del fuego de la Obra, ha de ser constante, ni muy fuerte ni muy débil; en el primer caso se corre peligro de romper la Piedra, o sea, en tér­minos alquímicos, de quemar la cocción; en caso de ser débil, el fuego puede no lograr cocer nada y la Piedra no ser desbastada.

Para el trabajo el iniciado dispone de algunas herramientas; y, gracias a éste, va aprendiendo a utilizarlas; en un comienzo el Cincel y el Mazo, relacionados con la recta intención y la voluntad. Ambos, Mazo y Cincel, han de trabajar conjuntamente, sin violen­cia pero con la fuerza y la suficiente precisión para que la Piedra pueda ser liberada de sus aristas.
 
Añadiremos a estas herramientas otro compañero de viaje que no ha de faltar al aprendiz: el silencio, que le ayudará a recogerse, a retirarse hacia el centro para emerger desde allí.
 
En algunas Logias se recuerda a los hermanos que el aprendiz no tiene voz ni voto.

Después de un primer periodo llamado propiamente de apren­dizaje, uno puede empezar a trabajar pero le es imposible decir que ya terminó de aprender; así también, el verdadero masón se considerará siempre aprendiz, sea cual sea el grado que ostente y el salario que reciba, ya que la Enseñanza se irá haciendo en él, en la medida en que se vuelque en ella.
 
La Iniciación es la transmisión de una influencia espiritual; ésta, en principio virtual, se va actua­lizando en la medida que el iniciado, siempre A L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:., se pone manos a la obra.

En el camino del conocimiento se impone un abandono de los egos que usurpan la identidad del Ser, hay que desenmascararlos, con paciencia y sin contemplaciones, sin apego ninguno a algo que realmente no es, lo cual, por cierto, nos lleva a la liberación progre­siva de nosotros mismos y por tanto a la Libertad.

Entre los números es el tres el relacionado con el grado de aprendiz: tres son los viajes en el rito de iniciación, tres años su edad, tres los pasos de su marcha con la que rompe el ritmo de su andar en el mundo profano y penetra en el templo.

Deshacerse de ese hombre viejo es trabajo del aprendiz quien, situado al norte, en el frío, donde apenas llega la luz del sol trabaja para alcanzar ese Sol, buscándolo en sí mismo.


LOS ALTOS GRADOS EN LA MASONERÍA

LOS ALTOS GRADOS EN LA MASONERÍA

Comienzos de la Masonería en los distintos países del mundo

ÉTICA Y CÓDIGO MORAL MASÓNICO

DICCIONARIO DE CONCEPTOS MASÓNICOS

MÚSICA MASÓNICA

ORACIONES PARA MASONES

TEXTOS, PLANCHAS, LITERATURA MASÓNICA

TEXTOS, PLANCHAS, LITERATURA MASÓNICA

INSTRUCCIONES, LITURGIAS, CATECISMOS, MANUALES...

INSTRUCCIONES, LITURGIAS, CATECISMOS, MANUALES...

VISITA MI CANAL EN YOUTUBE

VISITA MI CANAL EN YOUTUBE
ORACIONES DEL MUNDO EN VIDEO

SIGUE MIS PUBLICACIONES EN FACEBOOK