martes, 6 de febrero de 2018

EXPLICACIÓN DE LAS 22 LETRAS DEL ALFABETO SAGRADO


1. ALEPH

Primera letra consonante del alfabeto hebreo. Una de las tres letras «madres». Es gutural y no puede ser redoblada. Al estar desprovista de vocal en mitad de una palabra, como en la primera palabra que abre el libro del Génesis (Beréchît), pertenece al grupo de las letras débiles.

Al estar acentuada por un ségol, como en érets (tierra), o de un cheva-ségol, como en Elohîm, Aleph se pronuncia ê, como ocurre en la partícula êth, que indica el acusativo.

Al estar subrayada por medio de un patah, como en ahavah (amor), o también por un qamès como en arôn (arca, cofre), o por un cheva-patah, como en avaddôn (abismo), se pronuncia con a. Si se le supone un hiriq, como en ôzen (oreja), se pronuncia como o. Subrayada por esta misma vocal como en isch (hombre, esposo), se pronuncia como i. Con un kibuts, Aleph se pronunciará como ou (u), como en oussor (ser hecho prisionero). Al no encontrarse puntualizada, Alef será «muda» como en or (luz).

Valor numérico: 1.

Corresponde al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: espíritu creador.

«Dos mil años antes de la creación del mundo, las letras se encontraban ocultas, y el Santo —sea Él bendito— las contemplaba y hacía de ellas sus delicias. Cuando Él quiso crear el mundo, todas las letras vinieron a presentarse delante de Él, pero en orden inverso. La letra Aleph permaneció donde estaba, sin presentarse. Entonces el Santo —sea Él bendito— le dijo “Aleph, Aleph, ¿por qué no te presentas delante de mí como todas las otras letras?”; y ella respondió: “Maestro del Universo, he visto que todas ellas se han presentado inútilmente ante ti. ¿Por qué, pues, habría yo de hacerlo? He visto que ya has concedido su don precioso a la letra Beth, y comprendo que no está en tus designios quitar lo que ya has dado a uno de tus servidores para darlo a otro.” El Santo —sea Él bendito— le dijo entonces: “Oh Aleph, Aleph, si bien es verdad que me he servido de la letra Beth para realizar la creación del mundo, también lo es que tú serás la primera de todas las letras, y no habrá unidad sino en ti. Serás la base de todos los cálculos y de todos los hechos que ocurran en el mundo, y en ninguna parte se podrá hallar unidad fuera de la letra Aleph”.» (Sefer Ha-Zohar, 1, 2b-3b)


2. BETH — VET

Segunda letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra B. Desprovista de punto interior (daguech), se pronuncia como V. Por tanto, es «redoblada».

Valor numérico: 2.

Perteneciente al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: dualidad.


Inicial de la palabra Barukh (Bendito sea), de la cual nos servimos para bendecir al Maestro del Todo, Beth fue escogida para ser la base de la obra de la creación. Ella abre así el libro del Génesis con la palabra Beréchît (En el Principio, Al Comienzo), y sirve también como inicial a la segunda palabra de dicho libro: Bara (creó), en tanto que las dos palabras siguientes comienzan por Aleph (Aelohîm, Ath). Recordemos también que la palabra Berîth (alianza) está contenida en la palabra Beréchît.

El Zohar nos dice que el Santo —sea Él bendito— ha creado y formado las grandes letras celestes en correspondencia con la aquí abajo. «Es por esto que las palabras que abren la Thorah tienen a Beth como letra inicial, y las dos siguientes a Aleph. Con esto se indica que las letras celeste y las de aquí abajo son iguales en su esencia y rigen los dos mundos.»


En razón de su valor numérico 2, el Rabí francés Rachi (1040-1105), y sus discípulos, afirman que la letra Bet está relacionada a la vez con la Thorah y con Israël. Es así como, para los maestros del peschat, que proclaman ante todo la primacía del sentido literal en los textos sagrados, el mundo ha sido creado por la Thorah, a la cual la Escritura llama el comienzo de Su vía (Proverbios, VIII: 22), y por Israël, al cual llama la Escritura el comienzo de su cosecha (Jeremías, II: 3)

3. GUIMEL

Tercera letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra G. Se pronuncia Ge, como en «gema». Es «redoblada».

Valor numérico: 3.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: movimiento.

El nombre de la letra Guimel tiene como significado «socorrer». El Maestro del Todo no quiso utilizarla en la creación del mundo, para que pudiera permanecer al lado de su vecina alfabética, Dalet, y estar pronta a auxiliar siempre a los pobres en el mundo. En efecto, las letras Dalet forman en hebreo la palabra «pobreza».

4. DALET

Cuarta letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra D. Es «redoblada».

Valor numérico: 4.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: materia (2 x 2)

La letra Dalet designa al pobre, así como Guimel designa al benefactor que asiste al pobre. El Maestro del Todo reunió estas dos letras al producirse la creación del mundo: «Permaneceréis una al lado de la otra, para que una alimente a la otra.»

5. HE

Quinta letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra H, aspirada como en «héroe». Es letra «simple».

Valor numérico: 5.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: soplo, vida.
 

La letra He no fue utilizada al comienzo de la creación del mundo, puesto que figuraba ya en el Tetragrama sagrado.

Rabí Rachi dice que para enumerar los cinco primeros días de la creación, se ha dicho: «un día»; «segundo día», «tercero», «cuarto», «quinto día», sin artículo: ha. Sin embargo, se ha dicho: «El (ha) sexto día». Así concluye que si la letra He figura excepcionalmente en el comienzo de la Creación, es para indicarnos que el mundo ha sido creado bajo la condición de que Israel cumpla con la observancia de los cinco libros de la Thorah.


6. VAV

Sexta letra del alfabeto hebreo. Es la única consonante que a la vez puede ser utilizada como vocal. Es letra «simple».

Valor numérico: 6.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: conjunción, unión.

Del mismo modo que He, la letra Vav forma parte del Tetragrama sagrado. El Maestro del Todo ha dicho: «Es suficiente para ti y para tu compañera el figurar en mi Nombre, constituir el misterio encerrado en Él y haber sido grabadas y marcadas en Él. Por esto, no me serviré de vosotras para obrar la Creación del mundo.»

7. ZAYIN

Séptima letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra Z. Es letra «simple».

Valor numérico: 7.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: simiente.

Inicial de la palabra Zâ’khôr (acuérdate), con la cual comienza el verso tocante a la ordenanza del reposo sabático: «Acuérdate de santificar el día del Sábado», la letra Zayin no se incluyó en la creación del mundo a causa de su forma, semejante a un puñal de guerra.

8. JET

Octava letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra H. A diferencia de He, la cual equivale a la H aspirada, Jet representa con proximidad el equivalente de la J española o de la Ch alemana. Es letra «simple».

Valor numérico: 8.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: lo excesivamente material, el pecado (4 x 2).

El Maestro del Todo no utilizó la letra Jet en la creación del mundo, puesto que ella forma junto con la letra siguiente del alfabeto sagrado, Tet, la palabra «pecado». Por esto, también se encuentra ausente en los nombres de las doce tribus de Israel.

Según Rabí Rachi, Jet, al figurar en el nombre de Isaac (Yits’haq), designa los ocho días de la circuncisión.

9. TET

Novena letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra T. Es letra «simple».

Valor numérico: 9.

Pertenece al plano cabalístico de los arquetipos.

Sentido ontológico: perfección (femenina)

Como inicial de la palabra Tov (Bueno), uno de los atributos del Todopoderoso, la letra Tet fue eliminada de la creación del mundo, pues el Bien que ella representa se encuentra encerrado, guardado en ella. Así, está escrito: «Muy grande es tu Bondad, que Tú has reservado para los que te temen.» Al estar reservado el bien para el mundo futuro, la letra Tet no ha tenido sitio en la creación del mundo actual y, precisamente a causa del bien encerrado en esta letra, se ha dicho que las puertas del Templo serán hundidas en la tierra. Es también porque la letra Tet forma, junto con su vecina alfabética Jet, la palabra «pecado», que ha sido relegada de la Creación y no figura en los nombres de las doce tribus de Israel.

10. YOD

Décima letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra Y. Siempre es consonante. Se pronuncia como Y: «Yucatán». Es letra «simple».

Valor numérico: 10.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: espíritu creador.

Inicial del Tetragrama yhvh, la letra Yod fue eliminada de la creación del mundo por el Maestro del Todo, pues: «Es ya suficiente para ti estar grabada y marcada en mí mismo, y ser el punto de partida de toda mi voluntad. No te convendría, pues, ser suprimida de mi Nombre.» (Zohar, 1, 2b-3b)

Inicial de Isaac (Yits’haq), Yod vendría a designar también, según Rachi, las diez pruebas impuestas a Abraham.

11. KAF—HAF

Undécima letra del alfabeto hebreo. Corresponde a la J española y a la Ch alemana. Con un daguech en su interior, se pronuncia K. Es letra «redoblada».

Valor numérico: 20.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: dualidad.


Kaf cambia de forma y de valor numérico al ir al final de una palabra, y viene entonces a ocupar el puesto número veintitrés en el alfabeto. Su nuevo valor, en tal caso, es 550. Pasa también del plano de las realizaciones al plano cósmico, al cambiar su significado ontológico.

Fuera de la Creación del mundo, la letra Kaf fue eliminada por el Maestro del Todo, pues ella forma, junto con Mem y Lámed, la palabra Melekh (rey), y «el mundo necesita un rey». Mas entonces la letra Kaf insistió y habló así: «Maestro de los mundos, plácete en servirte de mi para realizar la Creación del mundo, pues soy también inicial de la palabra que manifiesta tu Gloria» (Kavod = Gloria). Mientras la letra Kaf se alejaba del Trono glorioso, doscientos mil mundos se estremecieron junto con el Trono mismo. Fue tan violenta la sacudida, que amenazó a todos los mundos de hundimiento. Entonces el Santo —sea Él bendito—, dijo a la letra Kaf: «Oh Kaf, Kaf, ¿por qué persistes en permanecer aquí? Retorna a tu sitio. No me serviré de ti para hacer la Creación del mundo, pues eres también inicial de la palabra Kâlâh que significa exterminación. Vuelve, pues, a tu trono y permanece en tu lugar.»


12. LAMED

Duodécima letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra L. Es letra «simple».

Valor numérico: 30.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: movimiento.

La letra Lamed fue eliminada de la creación del mundo por el Maestro del Todo, pues ella forma, junto con Mem y Kaf, la palabra Melekh (Rey). Es por esto que no me serviré de ti ni de tus compañeras para realizar la creación del mundo, pues no convendría al mundo quedarse sin un Rey.

13. MEM

Decimotercera letra consonante del alfabeto hebreo. Una de las tres letras «madres». Corresponde a la letra M.

Valor numérico: 40.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: materia.

Mem cambia de forma y de valor numérico al final de una palabra, y viene a ocupar entonces el vigésimo cuarto lugar en el alfabeto. Su nuevo valor será entonces 600, y pasa del plano de las realizaciones al plano cósmico, al cambiar su significado ontológico.

«Si decimos que el Mem oculto de Isaías equivale a 600, esto no ha sido revelado», escribe Pascal en sus Pensamientos, El Antiguo Testamento, 555 (31), es sus OEuvres Complètes, Bibliothèque de la Pléiade, París, 1960, p. 1261.

Como inicial de la palabra Melekh (Rey), esta letra fue eliminada de la creación del mundo por el Maestro del Todo y devuelta a su lugar junto con las ya citadas.

14. NUN

Decimocuarta letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra N. Es letra «simple».

Valor numérico: 50.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: soplo, vida.

Cambia de forma y de valor numérico al final de una palabra y ocupa entonces el vigésimo quinto lugar en el alfabeto. Su nuevo valor es, en este caso, 700, y al cambiar su significado ontológico, pasa del plano de las realizaciones al plano cósmico.


Como inicial de las palabras Nôrâ (respetable, venerable) y Nâvâh (bello), la letra Nun fue eliminada de la creación del mundo por el Maestro del Todo, por ser responsable del rechazo de la letra Samek.

Como primera letra de la palabra Noflîm (los que tambalean) —ver Salmo alfabético 145, 14—, se pidió a Nun que saliera y fuera a «apoyarse» (samok), sobre Samek. Por esto, la letra Nun es la única que falta en el Salmo 145, que forma un acróstico con las letras del alfabeto hebreo. Normalmente, debería hallarse a la cabeza del verso 14. Por el contrario, dos Nun al revés cierran los versos 35 y 36 del Libro de los Números, al final del capítulo X, sección Beha’alothekâ.


15. SAMEK

Decimoquinta letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra S. Es letra «simple».

Valor numérico: 60.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: conjunción, unión.

Durante la creación del mundo, la letra Samek se presentó delante del Santo —sea Él bendito—, y habló así: «Soy la inicial de la palabra Somekh (del verbo sostener), con la que se da comienzo al verso: Somekh Adonaï le’khâl-hanôflîm (“El Señor sostenga a todos los que tambalean”) (Salmo alfabético 145, 14). Entonces, el Maestro de los mundos rechazó por esta razón a la letra Samek, diciendo: “Precisamente por lo que te ha sido destinado deberás permanecer en tu sitio, pues si te sacara de allí para servirme de ti en la Creación del mundo, ¿qué ocurriría entonces con aquellos que están a un paso de la caída si se apoyan en ti?”»

16. AIN

Decimosexta letra consonante del alfabeto hebreo. Letra muda y «simple», no corresponde a ninguno de los signos del alfabeto latino, y presenta características análogas a las de Aleph. Se pronuncia de acuerdo a la puntualización: e, con un ségol o un cheva-ségol; a, con un patah, un qamès o un cheva-patah; i, con un hiriq; u, con un kibuts. Al no ir puntualizada, Ain no se pronuncia, como un omer (gavilla)

Valor numérico: 70.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: simiente.

Como inicial de la palabra Anâvâh (modestia), la letra Ain fue, sin embargo, rechazada de participar en la creación del mundo, pues ella es también la primera letra de la palabra Avôn (crimen, falta, delito).

17. PE — PHE

Decimoséptima letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra P. Al estar desprovista de daguech interior, se pronuncia F o PH. Es letra «redoblada».

Calor numérico: 80.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: muy material; pecado.

Cambia de forma y valor numérico al ir al final de una palabra, y en este caso viene a ocupar el vigésimo sexto lugar en el alfabeto. Su nuevo valor es 800. Pasa del plano de las realizaciones al plano cósmico, sin variar su significado ontológico.

Al ser inicial de la palabra Peduth (liberación, entrega), que el Maestro del Todo espera para el mundo, la letra Pe fue rechazada de la Creación del mundo, pues es también la primera letra de la palabra Pescha (Pecado). El Dios Vivo la objetó de esta manera: «Tú llevas la cabeza baja, como símbolo del pecado cuya vergüenza le obliga a bajar su cabeza y tender sus brazos.»

18. SADE

Decimoctava letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a las letras TS emparejadas. Es letra «simple».

Valor numérico: 90.

Pertenece al plano cabalístico de las realizaciones.

Sentido ontológico: perfección (femenina)


Cambia de forma y valor numérico al final de una palabra y pasa a ocupar entonces el vigésimo séptimo lugar del alfabeto. Su nuevo valor es entonces 900. Pasa del plano de las realizaciones al plano cósmico, sin modificar su significado ontológico.

Como inicial de la palabra Tsaddîq (Justo), la letra Sade fue rechazada durante la Creación del mundo por el Maestro del Todo, a fin de «permanecer oculta para no dar lugar al error».


Al figurar en el nombre hebreo de Isaac (Yits’haq), Sade representa, según Rachi, los noventa años de Sara.

19. QOF

Decimonovena letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra Q. Es letra «simple».

Valor numérico: 100.

Pertenece al plano cabalístico cósmico.

 
Sentido ontológico: espíritu creador.

Durante la creación del mundo, la letra Qôf no se atrevió a presentarse delante del Maestro del Todo. Ella había oído que la letra Sin había sido rechazada por formar, junto con ella y con Res, la palabra Schéquer (engaño, mentira)

Qôf, al incluirse en el nombre de Isaac (Yits’haq), representa, según Rachi, los cien años de Abraham.


20. RES

Vigésima letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra R. Es «redoblada».

Valor numérico: 200.

Pertenece al plano cabalístico cósmico.

Sentido ontológico: dualidad.

Durante la creación del mundo, lo mismo que la letra Qôf, Res no se atrevió a presentarse delante del Maestro del Todo, por estar incluida en la palabra Schéquer (Mentira).

21. SIN

Vigésimo primera letra consonante del alfabeto hebreo, y una de las tres letras «madres». Al ir provista de un punto diacrítico a la derecha, se pronuncia CH. Con el punto diacrítico a la izquierda, corresponde a la letra S.

Valor numérico: 300.

Pertenece al plano cabalístico cósmico.

Sentido ontológico: movimiento.

Sin es inicial del nombre divino Schaddaï. Así se presentó delante del Señor durante la creación del mundo; pero fue rechazada por temer que los falsos, al asociar a Sin con las otras letras Qôf y Res, formarían la palabra Schéquer (Mentira).

La letra Sin está formada por tres barras que simbolizan, en general, a los tres Patriarcas, o también, en un plano superior, la unidad de los tres primeros grados. Sin embargo, en Alta Cábala se afirma que la letra Sin de tres cabezas es imperfecta, puesto que debería llevar más propiamente cuatro.


22. TAV

Vigésimo segunda y última letra consonante del alfabeto hebreo. Corresponde a la letra T. Es «redoblada».

Valor numérico: 400.

Pertenece al plano cabalístico cósmico.

Sentido ontológico: materia.

El libro del Zohar nos dice que, durante la Creación del mundo, estando aún ocultas todas las letras, vinieron a presentarse delante del Santo —sea Él bendito— para ser utilizadas. Avanzó en primer lugar la letra Tav, siguiendo un orden inverso, e invocó su calidad de letra final de la palabra Emet (Verdad), grabada sobre el sello divino como uno de los nombres del Maestro de los mundos. «En efecto, tú eres digna —juzgó el Santo, sea Él bendito—; pero no es conveniente que me sirva de ti al emprender la Creación del mundo, puesto que estás destinada a ser puesta sobre la frente de los hombres fieles que hayan observado la Ley, desde Alef hasta Tav, y también te hallas mezclada con la muerte, puesto que eres la letra final de la palabra Mâvet (Muerte)»




 

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