Una visión inesperada apareció ante mí.
Un círculo no distinto de una guirnalda
tejida de arco iris y de relámpagos,
girando desde el cielo a la tierra
con una estupenda velocidad,
cegándome a través de su brillantez.
Y en medio de esta luz y fuego,
se escuchó música y un suave cantar,
truenos y el rugido de una tempestad,
el estruendo de montañas que caen y terremotos.
El círculo giró con un ruido aterrorizante,
tocando el sol y la tierra, y, en su centro
vi la figura desnuda
de una hermosa mujer joven
que bailaba envuelta
por una bufanda de luz transparente,
en su mano ella sostenía una varita mágica.
Se presentaron las cuatro bestias apocalípticas
que comenzaron a aparecer
sobre los bordes del círculo;
una con la cara de un león,
otra con la cara de un hombre,
la tercera de un águila y,
la cuarta, de un toro.
La visión desapareció
tan repentinamente como apareció.
Un extraño el silencio cayó sobre mí.
¿"Qué significa esto?"
Pregunté maravillado.
"Es la imagen del mundo," dijo la voz,
pero esta puede ser entendida solamente
después que se ha entrado al Templo.
Esta es una visión del mundo
en el círculo del Tiempo,
en medio de los cuatro principios.
Un círculo no distinto de una guirnalda
tejida de arco iris y de relámpagos,
girando desde el cielo a la tierra
con una estupenda velocidad,
cegándome a través de su brillantez.
Y en medio de esta luz y fuego,
se escuchó música y un suave cantar,
truenos y el rugido de una tempestad,
el estruendo de montañas que caen y terremotos.
El círculo giró con un ruido aterrorizante,
tocando el sol y la tierra, y, en su centro
vi la figura desnuda
de una hermosa mujer joven
que bailaba envuelta
por una bufanda de luz transparente,
en su mano ella sostenía una varita mágica.
Se presentaron las cuatro bestias apocalípticas
que comenzaron a aparecer
sobre los bordes del círculo;
una con la cara de un león,
otra con la cara de un hombre,
la tercera de un águila y,
la cuarta, de un toro.
La visión desapareció
tan repentinamente como apareció.
Un extraño el silencio cayó sobre mí.
¿"Qué significa esto?"
Pregunté maravillado.
"Es la imagen del mundo," dijo la voz,
pero esta puede ser entendida solamente
después que se ha entrado al Templo.
Esta es una visión del mundo
en el círculo del Tiempo,
en medio de los cuatro principios.
Pero lo ve diferente
porque vio el mundo externo a usted.
Aprenda ver esto en usted mismo
y entenderá la infinita esencia oculta
en todas las formas ilusorias.
porque vio el mundo externo a usted.
Aprenda ver esto en usted mismo
y entenderá la infinita esencia oculta
en todas las formas ilusorias.
Entienda que el mundo que usted conoce
es solamente uno de los aspectos del mundo infinito,
y las cosas y los fenómenos
son simplemente jeroglíficos
de ideas más profundas."
es solamente uno de los aspectos del mundo infinito,
y las cosas y los fenómenos
son simplemente jeroglíficos
de ideas más profundas."
ARCANO - XXI : El Mundo. Realización total
Este Arcano lleva el número XXI, el valor numérico más alto del Tarot. Representa la realización suprema.
En él descubrimos a una mujer que parece danzar en medio de una corona de hojas azul claro, llevando en la mano derecha un frasco, principio receptivo, y en la izquierda una vara, principio activo. Al igual que en el símbolo del Tao, el yang sostiene al yin y viceversa. Una estola de color azul (arriba, detrás de ella) pasa por delante de su cuerpo volviéndose roja.
Aunque el personaje es innegablemente femenino, lo que sugiere esta figura es la unión de los principios, el andrógino realizado. Último grado del camino de los arcanos mayores, El Mundo llama a reconocerse en su realidad profunda, a aceptar la plenitud de su realización. Es asimismo el momento en que, liberado de la autodestrucción, uno empieza a entrever el sufrimiento del otro y a ponerse al servicio de la humanidad.
En la tradición cristiana, Cristo, la Virgen o los santos son representados a veces dentro de una figura ovalada. La mandorla (que viene de la palabra «almendra») es a la vez un símbolo de eternidad y una forma que recuerda el sexo femenino. Se puede asimilar este Arcano a la unidad recobrada del mundo en su totalidad.
También recuerda el huevo filosófico mencionado, entre otros, por la Tabla philasophorum:
«El arte de la alquimia es comparable al huevo en que se encuentran cuatro cosas: la cáscara es la tierra; la clara, el agua; la finísima membrana que se halla bajo la cáscara es el aire. La yema es el fuego».
Esta carta es un espejo de la estructura del Tarot. Cuatro figuras enmarcan a la mujer en su mandorla, como cuatro energías de base unidas en armonía al servicio de un mismo centro. En la tradición cristiana, el ángel, el buey, el águila y el león representan a los cuatro evangelistas. Aquí, esos cuatro elementos nos sirven de base para comprender los cuatro Palos o símbolos de los arcanos menores.
El animal de color carne no puede ser designado con claridad: caballo o buey, es en cualquier caso un animal de tiro que simboliza la ofrenda, la ayuda, el sacrificio. También se puede considerar la punta que se alza sobre su ojo a nuestra izquierda como el cuerno de un unicornio, que en la Edad Media era el símbolo de la concepción de Cristo por la Virgen. Una vez más, el animal simbolizaría la materia virgen, los Oros. A diferencia de los otros tres elementos, este animal no tiene aureola porque no participa de la eternidad. Asimismo, los Oros, al contrario que los otros Palos, no llevan número.
En esta carta, la energía corporal y material alcanza su plenitud. El cuerpo es efímero pero está purificado de cualquier mácula. La realización de la vida material podría encarnarse en la figura del campeón que realiza una proeza deportiva o vital.
Las otras tres figuras son elementos cósmicos: el ángel representa la perfección emocional, la santidad, el corazón lleno de amor que se dedica a dar (Copas). El águila, con su aureola, simboliza la realización de lo mental: el genio, pero también un vacío que no se identifica con las palabras (Espadas). El león, también aureolado, representa la compleción de la energía descante y creadora, una sublimación que lleva el esfuerzo salvaje hasta la creación consciente, es la figura del héroe que no duda en sacrificar su vida (Bastos). Las cuatro energías irradian alrededor del centro, completamente realizadas.
Y, en su huevo azul, radiante de amor y de consciencia hacia todo el universo, el personaje central danza mirando hacia la izquierda: la receptividad. Su pie está apoyado en un suelo rojo labrado con seis surcos: la actividad vital ha sido trabajada con placer, el mundo ha sido aceptado tal cual es, con plena consciencia.
Bajo este suelo vivo; apenas disimulado por un lazo amarillo, se distingue un huevo blanco. Podría decirse que es el huevo de La Papisa, que ha eclosionado en todas sus potencialidades. Cuando el huevo cósmico se abre en nuestro trabajo espiritual, venimos al mundo. Esta carta podría representar el anima mundi, el agente universal que está en todas las cosas y que nos une a todas las cosas.
En una lectura:
A condición de que se encuentre al final de una frase, en posición de compleción, El Mundo indica una realización. Es una mujer realizada, un alma en pleno gozo, un mundo perfecto, un matrimonio feliz, un éxito mundial.
Esta carta también puede incitar al viaje: el descubrimiento del mundo en sentido literal. Al igual que el Arcano XVI, La Torre, podía evocar un sexo masculino en plena eyaculación, el Arcano XXI evoca un sexo femenino habitado por una exultación (el orgasmo) o por un ser (mujer encinta).
En cambio, si la carta se encuentra al principio de la serie, representará un comienzo difícil: se exige la realización antes de la acción, no está en su sitio, se convierte en un encierro. Se podrá entonces buscar el rastro de la vida intrauterina o del nacimiento del consultante, como primera experiencia traumática que induce un bloqueo en el desarrollo futuro.
Si no se desea entrar en este tipo de consideraciones, de todos modos habrá que tomar en cuenta el encierro que sugiere el Arcano XXI situado al principio de la serie y preguntarse en qué y por qué esa persona sigue encerrada «en su cascarón».
Y si El Mundo hablara...
«Aquí estoy, ante vosotros, alrededor de vosotros y en vosotros, con inmenso placer.
Soy un ser completo. No hay en mí nada que se me resista. Todo es unidad. Cada cosa está en su sido, soy una consciencia invulnerable, soy la danza perpetua de la totalidad. El que no me conoce dice "no" cuando el universo dice "sí", y esta negación a mi inmensa aceptación lo conduce a la impotencia. Pero el que se vuelve completamente puro y cóncavo, el que me deja entrar en él, empieza a danzar conmigo, a decir lo que digo. Ése conoce el amor universal, el pensamiento total, el deseo cósmico, la fuerza de vida impensable. Ése conoce la quinta esencia, la unidad de todas las energías.
«El arte de la alquimia es comparable al huevo en que se encuentran cuatro cosas: la cáscara es la tierra; la clara, el agua; la finísima membrana que se halla bajo la cáscara es el aire. La yema es el fuego».
Esta carta es un espejo de la estructura del Tarot. Cuatro figuras enmarcan a la mujer en su mandorla, como cuatro energías de base unidas en armonía al servicio de un mismo centro. En la tradición cristiana, el ángel, el buey, el águila y el león representan a los cuatro evangelistas. Aquí, esos cuatro elementos nos sirven de base para comprender los cuatro Palos o símbolos de los arcanos menores.
El animal de color carne no puede ser designado con claridad: caballo o buey, es en cualquier caso un animal de tiro que simboliza la ofrenda, la ayuda, el sacrificio. También se puede considerar la punta que se alza sobre su ojo a nuestra izquierda como el cuerno de un unicornio, que en la Edad Media era el símbolo de la concepción de Cristo por la Virgen. Una vez más, el animal simbolizaría la materia virgen, los Oros. A diferencia de los otros tres elementos, este animal no tiene aureola porque no participa de la eternidad. Asimismo, los Oros, al contrario que los otros Palos, no llevan número.
En esta carta, la energía corporal y material alcanza su plenitud. El cuerpo es efímero pero está purificado de cualquier mácula. La realización de la vida material podría encarnarse en la figura del campeón que realiza una proeza deportiva o vital.
Las otras tres figuras son elementos cósmicos: el ángel representa la perfección emocional, la santidad, el corazón lleno de amor que se dedica a dar (Copas). El águila, con su aureola, simboliza la realización de lo mental: el genio, pero también un vacío que no se identifica con las palabras (Espadas). El león, también aureolado, representa la compleción de la energía descante y creadora, una sublimación que lleva el esfuerzo salvaje hasta la creación consciente, es la figura del héroe que no duda en sacrificar su vida (Bastos). Las cuatro energías irradian alrededor del centro, completamente realizadas.
Y, en su huevo azul, radiante de amor y de consciencia hacia todo el universo, el personaje central danza mirando hacia la izquierda: la receptividad. Su pie está apoyado en un suelo rojo labrado con seis surcos: la actividad vital ha sido trabajada con placer, el mundo ha sido aceptado tal cual es, con plena consciencia.
Bajo este suelo vivo; apenas disimulado por un lazo amarillo, se distingue un huevo blanco. Podría decirse que es el huevo de La Papisa, que ha eclosionado en todas sus potencialidades. Cuando el huevo cósmico se abre en nuestro trabajo espiritual, venimos al mundo. Esta carta podría representar el anima mundi, el agente universal que está en todas las cosas y que nos une a todas las cosas.
En una lectura:
A condición de que se encuentre al final de una frase, en posición de compleción, El Mundo indica una realización. Es una mujer realizada, un alma en pleno gozo, un mundo perfecto, un matrimonio feliz, un éxito mundial.
Esta carta también puede incitar al viaje: el descubrimiento del mundo en sentido literal. Al igual que el Arcano XVI, La Torre, podía evocar un sexo masculino en plena eyaculación, el Arcano XXI evoca un sexo femenino habitado por una exultación (el orgasmo) o por un ser (mujer encinta).
En cambio, si la carta se encuentra al principio de la serie, representará un comienzo difícil: se exige la realización antes de la acción, no está en su sitio, se convierte en un encierro. Se podrá entonces buscar el rastro de la vida intrauterina o del nacimiento del consultante, como primera experiencia traumática que induce un bloqueo en el desarrollo futuro.
Si no se desea entrar en este tipo de consideraciones, de todos modos habrá que tomar en cuenta el encierro que sugiere el Arcano XXI situado al principio de la serie y preguntarse en qué y por qué esa persona sigue encerrada «en su cascarón».
Y si El Mundo hablara...
«Aquí estoy, ante vosotros, alrededor de vosotros y en vosotros, con inmenso placer.
Soy un ser completo. No hay en mí nada que se me resista. Todo es unidad. Cada cosa está en su sido, soy una consciencia invulnerable, soy la danza perpetua de la totalidad. El que no me conoce dice "no" cuando el universo dice "sí", y esta negación a mi inmensa aceptación lo conduce a la impotencia. Pero el que se vuelve completamente puro y cóncavo, el que me deja entrar en él, empieza a danzar conmigo, a decir lo que digo. Ése conoce el amor universal, el pensamiento total, el deseo cósmico, la fuerza de vida impensable. Ése conoce la quinta esencia, la unidad de todas las energías.
Si llegas a mí, es decir si me desarrollas en ti, saborearás la felicidad suprema que es la felicidad de vivir. Para ello debes disolverte en la joya ardiente de mi presencia. Como cuatro ríos que regresan a su única fuente, deja que tus conceptos, enjambre de abejas ciegas, se fundan en mi felicidad. Deja el tropel de tus sentimientos anegarse en mi exaltación infinita; ofréceme la jauría enloquecida de tus deseos para que enriquezca, como un manjar exquisito, mi constante creatividad. Y que toda tu materia, con sus inevitables necesidades, se entregue a esta transparencia que me anima. Entonces serás amo de tu universo. En tu interior, tu libido no se agitará, tus pasiones no podrán inundarte, tus pensamientos no te destruirán, y tu cuerpo no obstaculizará tu existencia. Estarás pleno, unido a mí en la danza, en el gozo, en la fiesta inconmensurable.
Mediante la obediencia permito que tu intelecto aprenda a ser, mediante la paz absoluta, que tu corazón aprenda a amar: mediante el aprendizaje de la recepción, que tu sexo aprenda a crear; mediante la aceptación de la muerte, que tu cuerpo aprenda a vivir. Si como un león hambriento y sediento, abandonas la presa para elevarte hacia el alma, me encontraras por fin.
Soy el placer de vivir y de la realización. Soy la flor efímera que nace constantemente del abismo; represento la materialización de todos los sueños, el alma sin la cual el mundo no es mundo, sino un desierto estéril, el final de la esperanza. Soy el objetivo de todos los caminos. Gozo inefable.
Como una virgen santa, llevo en mi matriz la divinidad. Soy la concreción aquí mismo de la energía sagrada de El Loco. Soy el Mundo que Dios ha creado para ser amado por él.»
Entre las interpretaciones tradicionales de mata carta:
Renombre - Recorrer el mundo - Realización de los potenciales - Éxito - Perfecto acuerdo - Reunión - Mujer ideal - Plenitud - Comienzo difícil - Vientre de una mujer encinta - Sexo femenino - Orgasmo - Realización suprema - Final feliz - Parto - Nacimiento - ¿Cómo naci? - Encierro - Sentimiento de fracaso - Egocentrismo - Realización del andrógino espiritual - Huevo cósmico - Realización de los cuatro centros - Perfección finita - Universo llegado a su límite - Expansión máxima.
Palabras clave:
Realización - Alma - Mundo - Plenitud - Éxito - Heroísmo - Genio - Santidad - Danzar - Éxtasis -Universal - Realización - Totalidad...
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