Existen tres grandes postulados, que fueron establecidos hace miles de años, en el antiguo Egipto, que hoy en día constituyen extraordinarias verdades, a tomar en cuenta por los Masones:
1.- El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene limites.
2.- El principio que da la vida mora en nosotros, es imperecedero y eternamente benéfico.
1.- El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene limites.
2.- El principio que da la vida mora en nosotros, es imperecedero y eternamente benéfico.
No se le ve ni se le oye, ni se le huele pero lo percibe el hombre anheloso de conocer.
3.- Cada hombre es su propio y absoluto legislador, el otorgador de su gloria o de sus tinieblas, el determinador de su vida, el que decreta su propio galardón o castigo.
Estas verdades, tan grandes como la vida misma, son tan sencillas como la más sencilla de las mentes humanas. Todo aprendiz deberá avanzar a la luz de ellas.
3.- Cada hombre es su propio y absoluto legislador, el otorgador de su gloria o de sus tinieblas, el determinador de su vida, el que decreta su propio galardón o castigo.
Estas verdades, tan grandes como la vida misma, son tan sencillas como la más sencilla de las mentes humanas. Todo aprendiz deberá avanzar a la luz de ellas.
0 comentarios:
Publicar un comentario