Cuando el edificio se está levantando, los distintos utensilios: escuadra, plomada, nivel, mallete, cincel, permitirán al constructor asegurar la estabilidad de la obra. Pero antes de edificar, es preciso que se realice un trabajo interior. El edificio debe estar construido antes en la mente del arquitecto para proyectarlo en la realidad física. Yod significa el impulso irresistible que nos lleva a realizar algo, el designio primordial, una fuerza interior irreprimible que activa nuestro cerebro y comunica al intelecto el deseo ardiente de la obra, la sed de realizaciones, podríamos decir.
Si esa sed dejara de existir, nada firme sería construido y aquello que se edifique sin la concurrencia de esta fuerza será una simple chabola, una caseta playera provisional que se llevará el primer temporal. En otras palabras, es preciso que toda construcción humana disponga, en una fase previa, de un tiempo mental, el cual constituye sus auténticos cimientos. Si se pasa por alto ese tiempo, la obra o bien nunca se hará o bien se derrumbará por falta de cimientos.
Así, el Aprendiz masón se limitará, en su primer año, a aprehender designios, a almacenar en su espíritu la fuerza de Yod, haciendo hervir esos designios en su interior con el fin de purificarlos, de quitarles todo lo que ha dejado de ser esencial.
La idea en bruto se seguirá perfilando en su mente, luego le quitará las asperezas, apreciará ya ciertos defectos de elaboración, hasta que quede una concepción pura, inmaculada.
En la sociedad, la inexistencia de esa etapa de Yod es la que lleva al fracaso las conversaciones y propuestas improvisadas. Si una persona, antes de solicitar un empleo, de pedir una entrevista para un negocio, se toma la molestia, durante días y hasta semanas, de pensar, de estudiar la mejor forma de abordar el problema, de pulir una y otra vez la idea original, el resultado de su gestión será otro muy distinto al que hubiera obtenido con una simple improvisación.
Las civilizaciones antiguas han dado a Yod la forma del órgano viril y lo esculpían erecto para adorarlo. Es la imagen más clara que se puede dar de esa fuerza y también la más adecuada para comprender su utilidad. En efecto, la simiente oculta en el órgano viril es la que engendra el hijo que nacerá después. El proceso de su evolución podemos observarlo desde el exterior en la madre, pero si aquel feto se desarrolla y nace la obra, es debido al impulso invisible del órgano varonil.
Si alguien viene a decirnos que la fuerza de Yod es innecesaria para realizar una obra, nosotros le responderemos que lo pruebe tratando de engendrar un hijo sin el concurso de la semilla.
Yod simboliza también la fuerza de voluntad necesaria en el arranque de cualquier actividad, la energía que debe utilizarse para romper la rutina, el marasmo de lo establecido, de aquello que representa nuestra seguridad temporal.
Yod simboliza también la fuerza de voluntad necesaria en el arranque de cualquier actividad, la energía que debe utilizarse para romper la rutina, el marasmo de lo establecido, de aquello que representa nuestra seguridad temporal.
Muchas gracias por la información me ayudó mucho para mí investigación hermanos
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarme están ayudando a ordenar mis pensamientos y acciones temporales
Excelente, gracias por la luz
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