miércoles, 13 de diciembre de 2017

EL RITO DE LA CIRCUNVALACIÓN


El rito de la circunvalación es otro símbolo ritualista que viene en apoyo de la identidad del origen de la Francmasonería con las ceremonias religiosas y místicas de los antiguos.

"Circunvalación" es el nombre con que designan los estudiantes de la Arqueología sagrada el rito religioso practicado en las antiguas iniciaciones, el cual consistía en hacer una procesión alrededor de un altar u otro objeto consagrado y santo.
 
Este rito parece haber sido universalmente practicado por los antiguos, y al principio aludía al curso aparente del sol en el firmamento, que va de oriente a occidente por el sur.
 
En la antigua Grecia los sacerdotes y el pueblo daban tres vueltas al altar cantando himnos u odas sagradas mientras verificaban los ritos de sacrificio. A veces y cuando el pueblo rodeaba el altar, únicamente el sacerdote era quien daba las tres vueltas en torno al mismo, girando hacia la derecha y rociándolo con agua santa y alimentos.
 
Al hacer esta circunvalación era condición precisa que el costado derecho diera a la parte del altar, y, por consiguiente, que la procesión se moviera de oriente a sur, y de sur a occidente y norte hasta volver de nuevo al este. De esta manera se representaba el curso aparente del sol.
 
Los griegos decían que esta ceremonia se dirigía desde la derecha a la derecha, que era la dirección del movimiento, y los romanos la aplicaban la voz dextrovorsum o dextrorsum, que significa la misma cosa. Por ejemplo Plauto hace decir a Palinuro, personaje de su comedia Curculio: "Si quieres reverenciar a los dioses, da vueltas hacia la derecha." Gronovio dice, comentando este pasaje de Plauto: "Cuando rendían culto a los dioses y cuando rezaban tenían la costumbre de girar hacia la mano derecha."
 
Se conserva un himno de Calímaco que cantaban según se dice los sacerdotes de Apolo en Delos, mientras realizaban la ceremonia de circunvalación, y que dice en síntesis: "Nosotros imitamos el ejemplo del sol, y seguimos su curso bienhechor."
 
Obsérvese que esta circunvalación se verificaba cantando una oda sagrada. Cada una de las tres partes de la oda, la estrofa. la antistrofa y el epodo, se cantaban en una parte determinada de la procesión. La analogía entre el cántico de la oda por los antiguos y el recitado de un pasaje de las Escrituras en la circunvalación masónica, es evidente.
 
Los romanos empleaban la ceremonia circunvalatoria en los ritos de sacrificio, expiación o purificación. Por ejemplo, Virgilio describe a Corineo purificando a sus compañeros en el funeral de Miceno y pasando tres veces alrededor de ellos, mientras les rociaba con aguas lustrales.
 
Para que tal cosa estuviera bien hecha, era preciso que girara en torno suyo dando hacia ellos su mano derecha.
 
"Tres veces rodeó a la multitud con agua pura, rociándola con una rama de olivo el líquido divino."  (Eneida VI, 229)
 
En síntesis, era cosa tan corriente el que la ceremonia de circunvalación fuese unida a la de expiación o purificación, o, mejor dicho, hacer una procesión circular mientras se realizaba este último rito, que la palabra lustrare, cuyo significado primitivo es "purificar", llegó al fin a ser sinónima de circuire, circuir. De este modo la purificación y la circunvalación se expresaban a menudo con una sola palabra.
 
Los indos han practicado también el rito de la circunvalación; como ejemplo podemos citar las ceremonias que hacen los brahmanes al levantarse de la cama por la mañana, descritas por Colebrooke acertadamente en las Asiatic Researches. El sacerdote adora primeramente al sol colocándose de cara a oriente; después, camina hacía occidente por el sur diciendo al mismo tiempo "Yo sigo el curso del sol", que explica diciendo que "Así como el sol gira alrededor del mundo, siguiendo el camino del sur, yo también ¡mito a esta luminaria, para obtener el beneficio que produce el dar la vuelta a la tierra por el camino del sur".

Y, por último, también los druidas conservaban este rito, cuya "danza mística" en torno de los cairnos o piedras sagradas, no es sino el rito de la circunvalación. En estas ocasiones el sacerdote hace tres rodeos, desde oriente a occidente, dando la derecha hacia el altar o cairno, acompañado de todos los prosélitos.
 
Tan sagrado era este rito, que, según Toland en las islas escocesas, antaño sede principal de la religión druídica, "no llegaba nunca el pueblo hasta los cairnos de sacrificio en que ardía el fuego, sino que daban tres vueltas en torno suyo, siguiendo el curso del sol". Esta vuelta sagrada por el sur se llamaba Deiseal; mientras que la contraria o impía, es decir, la del norte, recibía el nombre de Tuapholl. Además, este autor opina que la palabra Deiseal, se deriva "de Deas, la derecha (sobreentendiéndose mano) y soil, uno de los antiguos nombres del sol. La mano derecha era la que se encontraba más próxima al montón de piedras, mientras se daban las vueltas".

Podríamos continuar estas investigaciones y encontrar el rito de la circunvalación en las demás naciones de la antigüedad; pero creemos haber dicho bastante ya para demostrar su universalidad, como asimismo la persistencia con que se conservó el número místico de vueltas y el giro constante a la derecha, desde oriente a occidente, yendo por el sur. Creemos que esta singular analogía con el mismo rito de la Francmasonería debe llevarnos a la conclusión de que la fuente común de todos estos ritos ha de hallarse en el origen idéntico de la Francmasonería espúrea o misterios paganos y de la Francmasonería pura y primitiva, de la cual se separaron los primeros únicamente para corromperse.
 
Revisando todo cuando hemos dicho sobre este tema, se observa que la esencia de este rito antiguo consistía en hacer la circunvalación del altar desde oriente a sur, de sur a occidente, y de este punto al norte, para volver de nuevo al oriente.
 
El rito masónico de circunvalación está de acuerdo con este hecho del rito antiguo. Pero hemos admitido que este rodeo hecho a la derecha simbolizaba el curso aparente del sol alrededor de la tierra.
 
Vuélvese a ver en esto la repetidísima alusión francmasónica al culto solar, que ya hemos estudiado en el tema de los oficiales de la Logia y en el del punto dentro del circulo. Y como la circunvalación se realiza alrededor de la Logia, del mismo modo que el sol gira al parecer en torno de la tierra, volvemos nuevamente al simbolismo original con que hemos comenzado: que la Logia es un símbolo del mundo.
 
 

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