¡Oh Dios! Somos uno contigo.
Tú nos has hecho uno contigo.
Tú nos has enseñado
que si permanecemos abiertos unos a otros
Tú moras en nosotros.
Ayúdanos a mantener esta apertura
y a luchar por ella con todo nuestro corazón.
Ayúdanos a comprender
que no puede haber entendimiento mutuo
si hay rechazo.
¡Oh Dios!
Aceptándonos unos a otros de todo corazón,
plenamente, totalmente,
te aceptamos a Ti y te damos gracias,
te adoramos y te amamos con todo nuestro ser,
nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu.
Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor
conforme seguimos nuestros propios caminos,
unidos en este único Espíritu
que te hace presente en el mundo,
y que te hace testigo
de la suprema realidad que es el amor.
El amor vence siempre.
El amor es victorioso.
AMÉN.
0 comentarios:
Publicar un comentario