lunes, 8 de enero de 2018

LA CÁBALA, EL YOGA Y LA MEDITACIÓN


La Tradición Occidental de Misterios es la contraparte de lo que se conoce como Yoga en Oriente, y es una pena que la mayoría de la gente no haya oído nunca de la primera, y conozca muy poco sobre la segunda.

En Occidente, ninguno de estos sistemas recibió mucha atención, fuera de sus devotos, hasta la última parte del siglo XIX, desde la que ha habido un interés en gradual aumento sobre las vías de desarrollo interno, junto con una promulgación de tonterías que se incrementan gradualmente, como mostrará cualquier examen del grueso de las mercancías en cualquier tienda de libros ocultos. El público siempre demanda lo que es sensacional, sea verdadero o no, y hay montones de personas deseando satisfacer la demanda.

De acuerdo con la Qábalah, la primera cualidad requerida antes de que pueda hacerse cualquier progreso espiritual es la discriminación. Y se necesita realmente la discriminación para distinguir al místico verdadero del falso.

En el Oriente, lo que es considerado usualmente por el occidental como un yogui, es de hecho un fakir. Un fakir subyuga su cuerpo físico, dominándolo con su voluntad a través del sufrimiento. Muchos de ellos exhiben orgullosamente brazos marchitos, producidos por sostener el brazo en el aire durante fantásticos períodos de tiempo, u ojos cegados por mirar fijamente al Sol. Son ignorantes fanáticos, que se torturan a sí mismos a fin de alcanzar la gracia celestial, o conjuradores que realizan «milagros basados en la destreza, la paciencia y la contorsión física. Muchos de ellos alegan ser yoguis, pero el verdadero yogui no es ni fanático ni sectario, ni realiza trucos por dinero. Es verdad que puede haber desarrollado poderes físicos anormales, particularmente si es un seguidor del Hatha Yoga, pero estos poderes son un medio, no un fin

La meta del Yoga es lo que la palabra Yoga significa, Unión, la cual se corresponde con la experiencia ultérrima de la Qábalah, Unión Divina. Y la vía hacia esta meta es por el control de la voluntad y de las funciones de pensamiento, emoción y movimiento corporal interno o externo, todos los cuales operan ordinariamente sin un gran grado de control. Todo el sistema es realmente una combinación de filosofía, ciencia, religión y arte. Tiene su sistema de doctrina que constituye su filosofía, y sin embargo requiere algo más que una apreciación académica, a saber, una activa fe religiosa, y, como la práctica de la medicina, es al mismo tiempo una ciencia y un arte.

Lo que se ha dicho del Yoga del Oriente se aplica también al de Occidente. La meta del verdadero practicante es la misma, y en ambos casos el verdadero está enmascarado por el clamor y exhibicionismo del falso. En Occidente, la situación se ha complicado todavía más, porque la Iglesia ha machacado efectivamente cualquier exposición escrita de los Misterios. Así, la literatura que hay, los varios tratados alquímicos por ejemplo, es extremadamente críptica, cuando no engañosa, pues hubieron tantos alquimistas falsos como verdaderos, y probablemente muchos más; y de los varios Grimorios Mágicos, la mayoría son escombros medievales, o copias de copias de copias, con errores en incremento sucesivo, hasta llegar al día presente.

Hay poco trabajo original en la literatura del iluminismo occidental, y el que hay no es fiable, por precaución o tontería, de modo que no podemos compararnos con el Oriente y su vasta cantidad de conocimiento esotérico. Tal vez sea mejor así, pues nos arroja a nuestros propios recursos. Tenemos que derivar nuestra teoría a partir de la práctica, en vez de tener nuestra práctica limitada inconscientemente por la teoría.

La Qábalah, tal como se practica, se deriva casi enteramente de un simple diagrama, el Arbol de la Vida, y eso es todo lo que se necesita básicamente.

Los usos que se le pueden sacar al diagrama pueden ser descritos mejor por referencia al sistema de Yoga del Oriente. Este recae en cinco categorías principales:

I) Raja Yoga: la educación de la conciencia a través de la meditación y la contemplación.

II) Bhakti Yoga: la vía religiosa del misticismo devocional.

III) Gnana Yoga: la búsqueda de la iluminación a través de la especulación filosófica.

IV) Karma Yoga: la aplicación del Yoga a través del vivir correcto.

V) Hatha Yoga: el control del cuerpo, y el desarrollo de los recursos físicos internos.

El sistema occidental tiene paralelos con todas estas enseñanzas, pero se aplica de un modo diferente en general, pues las condiciones de Oriente y Occidente, y la constitución física y psicológica del hombre oriental y occidental, son diferentes hasta cierto punto. Rqja Yoga: Se espera de la mayoría de la gente, en el mundo civilizado de hoy en día, que tenga el suficiente control sobre sus emociones como para no desbordarse en, violencia física. Incluso esto es difícil para algunos, e imposible, parece, en un grupo o a nivel nacional. El Raja Yoga es un sistema de entrenamiento por el que las emociones y la mente son situadas bajo control consciente, de modo que no se consigue meramente la armonía física, sino que no hay desenfreno en los niveles subjetivos, emocional o mental.

Cualquier persona corriente que se preocupe de echar una mirada honesta a la condición de sus propios procesos psicológicos, se percatará de la bulliciosa confusión que ahí hay. El proceso ha sido descrito bastante completamente en la literatura de la «corriente de la conciencia» habida entre las dos guerras. También, para asegurarse de la condición general de la conciencia humana, uno sólo tiene que contar el número de anuncios en revistas por firmas que parecen hacer un buen negocio ayudando a la gente a superar «mentes de saltamontes», «nervios», y demás. Generalmente se reconoce también que un estómago ulcerado, por citar una enfermedad, puede tener sus raíces en la tensión emocional. Hay claramente mucho que ganar en el control de la mente, incluso desde un punto de vista de provecho material, por no decir nada de los aspectos espirituales involucrados.

Las técnicas del Raja Yoga, en sus primeras etapas, son puramente calisténicos de la mente, y son básicas a cualquier clase de entrenamiento oculto. De hecho, los ejercicios iniciales son precisamente aquellos que son usados por la mayoría de las firmas que anuncian curas para la mente vagabunda, voluntad débil, etc. No hay tampoco aquí un camino fácil. Si uno es blando físicamente, la única cura es el ejercicio duro, y lo mismo se aplica a los músculos de la mente.

Hay tres etapas en el entrenamiento de la mente por el Raja Yoga: I) concentración, II) meditación, III) contemplación.

Sin concentración, cualquier trabajo oculto es imposible, pues requiere la facultad de mantener una imagen en la mente, a menudo por largos períodos.

El único modo de aprender a sostener una imagen en la mente, es hacerlo. Uno puede establecerse a sí mismo un sistema graduado de ejercicios, empezando por imaginar un objeto, digamos un balón de fútbol, y sostenerlo ante el ojo mental por diez minutos. Entonces puede pasar a imágenes más complicadas, hasta que puede sostener en el ojo de la mente una pintura detallada, o un cuarto lleno de muebles. Finalmente, se puede aumentar tomando una corta historia y. habiéndola leído concienzudamente, yendo a través de ella como un espectador, viendo todas las escenas y oyendo las palabras habladas. Esto debería ser posible después de una corta práctica diaria a lo largo de tres o cuatro meses. El secreto del éxito es una corta práctica regular, más que largos asaltos a intervalos irregulares.

Una vez que se ha conseguido el poder de la concentración, la meditación es posible. Meditación es el examen concentrado de algo, sea una imagen o una idea, y mientras la mente se fija sobre ello, permitir que surjan ideas a su alrededor. De esta manera se horada un pozo en el inconsciente, como si fuera, y las ideas relacionadas pueden elevarse a la superficie.

Este proceso permite que sea elucidado el significado de cualquier símbolo, y pueden tomarse notas de las ideas que surgen. Más aún, las ideas que vienen de la meditación son «realizaciones» más que conceptos. Tener un concepto mental es meramente tener un pedazo de información sostenido dentro de la mente, el cual puede ser útil o no, y que se olvida fácilmente. Tener una realización de algo significa que se convierte en parte de uno mismo. Uno ha tomado una idea y la ha hecho real, la ha «realizado».

La meditación es por lo tanto un importante proceso mental al usar el Arbol de la Vida Cabalístico, pues permite que se comprendan y se conviertan en parte de uno mismo el significado de las ramificaciones del simbolismo que se le asigna. Y como el Arbol de la Vida es un diagrama del Plan Divino, una vida de meditación sobre él, construyendo sus conceptos en el alma, llevará a cualquier estudiante un largo camino a lo largo del Sendero de la Consecución.

Aquí hemos ido más allá de las puras calisténicas mentales, y la mente se usa para propósitos esotéricos. Es importante por tanto abrir y cerrar cualquier meditación con algún signo santo, tal como el signo de la Cruz, pues la mente se usa de manera receptiva en conexión con simbolismo muy profundo, parte del cual no es puro por un dudoso uso anterior.

La contemplación sigue a la meditación, y puede muy bien usarse en conjunción con ella. Es difícil de describir, porque es un proceso muy simple, es realmente sólo una cuestión de «percatarse». En adición a la concentración y la receptividad de la meditación, tiene en sí las cualidades de fe, amor y tranquilidad. La meditación es analítica, se detiene sobre declaraciones, principios o ideas, respecto a algo. La contemplación es de una naturaleza sintetizadora, es simplemente una mirada tranquila sobre algo que ha sido realizado previamente. Es realmente una percepción espiritual, «estate tranquilo, y sabe...»

La meditación es más artificial. La contemplación es un fácil proceso natural que no puede ser forzado. Quizá mucha gente ha contemplado durante toda su vida sin realizarlo conscientemente. Después de que ha sido labrada en la conciencia, por la meditación activa, alguna percepción de la naturaleza de las «realidades invisibles», la presencia y poder de estas realidades pueden permitirse fluir en la mente por contemplación. Es actuar como un canal para la Divinidad. Se recordará del primer capítulo del Génesis: «Y Dios vio todo lo que había hecho, y observó que era muy bueno». Es un estado similar de la mente, un estado de aceptación, una práctica de la presencia de Dios, y no tiene nada que ver con la autosatisfacción o el optimismo ciego.

Mientras que la meditación se hace mejor en una habitación tenuemente iluminada, libre de ruidos e interrupción, la contemplación puede quizá hacerse mejor sentándose ante una botella de cerveza y con un cigarrillo, en el patio propio y si esta afirmación le choca a alguien le vendrá bien tener presente que, para el adepto de los Misterios Occidentales, el ocultismo es un asunto de veinticuatro horas al día, siete días a la semana, como lo es para el gurú del Oriente. Sólo que en Occidente el adepto vive en el mundo, no en un retiro monástico. Es esta consideración la que se halla realmente en la base de las diferencias entre los sistemas del Este y el Oeste, aunque ambos sistemas son seguidos con la misma dedicación y aspiraciones, y ambos conducen a la misma meta. Bhakti Yoga: Este es el Yoga del misticismo devocional. Enseña cómo creer y cómo orar, y puede aplicarse a cualquier religión, pues para él no existen diferencias de religión, sólo hay «la Vía religiosa».

Ha sido dado a conocer a través de las obras de discípulos de Ramakrishna, un avanzado exponente de él. Ramakrishna empleó doce años en seguir la vía de cada gran religión por turno, y siempre llegó al mismo resultado, un estado de éxtasis divino. Afirmó por tanto probar por la experiencia personal que todas las grandes religiones son una, que codas conducen al Dios Único.

Por cuanto el Arbol de la Vida puede ser usado como un compendio de religión comparada, se verá que su uso por un místico devocional es una vía occidental de Bhakti Yoga. Es, de algún modo, similar al Raja Yoga, excepto que el acento se pone en las emociones. Para aquellos con emociones fuertes, las domeña y engancha en una dirección religiosa, mientras que al mismo tiempo puede desarrollar las emociones religiosas en aquellos en las que son débiles.

Puesto que en Occidente hay una literatura extensa sobre la práctica de la religión, los conceptos del Bhakti Yoga son bastante familiares para la mayoría de la gente, pero no estará de más resumirlos.

Para el místico devocional, la oración no es sólo arrodillarse en ciertos momentos con un recital de palabras preescritas, convertidas a menudo en insignificantes por la repetición constante, ni es una solicitud o petición detallada. La oración es un deseo ardiente del alma de unión con su origen Divino, una expresión articulada de la aspiración. Es a la vez y al mismo tiempo, aspiración, compunción, reverencia, adoración, alabanza, gratitud, comunión, invocación, deseo amoroso, oblación y veneración.

Los métodos de oración han sido establecidos por varios escritores místicos, pero, hablando en general, siguen un patrón básico similar:

I) Preparación por medio de una lectura sagrada preliminar, o meditación.

II) Oración vocal, que puede ser espontánea o preescrita, pronunciada audiblemente o formulada en los pensamientos.

III) Meditación ferviente, o aspiración silenciosa del corazón.

IV) Experiencia mística en la que el alma es llevada a la comunión interior y coloquio con la Divinidad, en silencio de palabras, pensamientos y deseos. Estos son los principios de la oración a Dios en cualquier forma que se conciba la Divinidad, sea como Cristo, o en el aspecto de Dios conocido como Zeus, Isis, Woden, Ahura-Mazda, o como prefieras. No es idolatría, Porque el Dios Único está detrás de todos los aspectos que han sido formulados por el hombre, pero para los de Occidente que están bajo la dispensación cristiana y son atraídos particularmente hacia el misticismo devocional, la vía cristiana es sin duda la mejor, pues el Señor Jesús es bastante más, por decir lo menos, que una idea del hombre de un aspecto de la Deidad, como lo eran las formas divinas de los paganos. También, Nuestro Señor dijo: «Yo soy la vía, la verdad, y la vida; nadie llega al Padre sino por mí», y «Mirad, yo estoy siempre con vosotros, incluso hasta el fin del mundo.»

Esto no está escrito como una concesión a la ortodoxia, sino como un resultado de experiencia mística a nivel individual y grupal.

Mientras estamos en el asunto del Bhakti Yoga, resulta conveniente examinar otra forma de práctica religiosa que no aparece en Oriente, sino que ha sido establecida por San Ignacio de Loyola, el fundador de la Sociedad de Jesús, en sus «Ejercicios Espirituales».

Este sistema de entrenamiento recomienda la fuerte visualización de estar presente durante escenas de la vida de Nuestro Señor. Tiene, sin embargo, otras aplicaciones, y se usa extensamente en escuelas ocultas. Es un desarrollo posterior de los ejercicios avanzados de concentración en el que, en vez de discurrir a lo largo de una corta historia, una obra de fantasía literaria, se está usando como base un poderoso simbolismo emotivo.

Puede desarrollarse posteriormente, al permitir que surjan en la conciencia hechos espontáneos, símbolos y personajes, mientras se examina una cierta escena, un templo construido en la imaginación, por ejemplo. Requiere un alto grado de destreza técnica, el fruto de mucha práctica en ejercicios más elementales, y no es una cosa con la que tontear. A algunas personas les llega más fácilmente que a otras, y se le llama a veces «visiones» o «clarividencia astral». Algunas personas encuentran más fácil construir y sostener imágenes en la imaginación, mientras que otras encuentran más simple la recepción de imágenes espontáneas. El operador altamente adiestrado puede usar ambos métodos con igual facilidad.

Con relación a la Qábalah, es de utilidad principalmente al recorrer los Senderos del Arbol de la Vida, y se tratará con mayor detalle en el segundo volumen de este libro. Es una técnica útil, pero puede conducir fácilmente al abuso o al autoengaño. Gnana Yoga: Este Yoga es la vía del conocimiento, y usa los métodos del Raja Yoga, concentración, meditación y contemplación, para llegar a un concepto de la realidad de las cosas, y sus interrelaciones.

Enseña a la mente a viajar en direcciones desacostumbradas y sobre nuevos planos, en otras palabras, no sobre el aspecto exterior de las cosas, sino sobre los principios internos. Enseña a un hombre que sólo lo que él ha experimentado como verdadero puede ser verdadero para él, que lo que parece verdadero a la mente lógica no necesariamente es verdadero en absoluto cuando se ve desde un nivel superior, y que las palabras pueden ser un gran obstáculo más que una ayuda hacia la verdad.

El Arbol de la Vida qabalístico es un sistema par excellence para realizar todo esto. Como símbolo compuesto de relaciones subyacentes, permite a uno comparar lo que conoce y deducir entonces lo que no conoce, en parte por intuición, y en parte por primeros principios. Es una clase de álgebra metafísica.

Debe recordarse siempre sin embargo que los símbolos metafísicos, como los algebraicos, representan algo, y no son fines en sí mismos. La gran limitación del tipo intelectual es que no puede liberarse de su mente. Una vez que tiene un concepto o una etiqueta para algo, cree que lo conoce. Así, él puede percatarse del símbolo de la Isis Negra que conduce a la Isis Blanca; pero cuando se enfrenta con la realidad detrás del símbolo, el espantoso aspecto rojo-en-diente-y-garra de la Naturaleza, ya está apto para olvidar todo lo que aprendió del símbolo, y para la gloriosa revelación que está más allá de la Isis Blanca.

La meditación oculta, al conducir a una intuición hiperdesarrollada, es una cura para esto, por oposición a la racionalización o los malabarismos mentales que resultan tan fáciles con los símbolos. Los símbolos pueden ser de gran ayuda para la mente al conducirla en la dirección correcta, pero pueden ser también una barrera terrible. Toda la meta del simbolismo es su propia destrucción, de modo que uno pueda llegar a la realidad que representa.

Este es un punto que es olvidado demasiado a menudo por el tipo de persona intelectual que es atraída a esta rama de estudio y desgasta muchos libros sobre el tema de la Qábalah, pues sin experiencia práctica todos los discursos filosóficos no son más que palabras, palabras, palabras, que como se dijo arriba, son más un obstáculo que una ayuda, particularmente para los dominios superiores de la verdad. Karma Yoga. Este es el Yoga que enseña el correcto vivir, y en vista del hecho de que el estudiante de ocultismo occidental vive en el mundo, es sumamente importante en el Oeste. Es el opuesto directo al concepto de la «religión de los domingos».

Para un estudiante de la Qábalah, todo lo que aprende de ella debe ser expresado en su vida diaria. El vive su vida a la luz del principio espiritual.

La meta del hombre ordinario es vivir su vida evitando todas las dificultades, malestares y desagrados, dentro de los límites de su conciencia. El estudiante esotérico debería ser un hombre con una conciencia muy exigente, y por tanto su vida es más difícil. Esto no quiere decir que va buscándose o creándose dificultades, sino que se enfrenta a todos los obstáculos como una prueba, y cuanto mayor sea el obstáculo mayor será la oportunidad para él de superar los aspectos mis débiles de su naturaleza.

Los modelos a vivir se muestran en muchas de las leyendas de héroes de una raza, por ejemplo en las aventuras del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda. Se espera que un estudiante esotérico desarrolle las virtudes ordinarias hasta un nivel heroico. Y en la vida moderna las dificultades son más sutiles. En las historias legendarias el mal es fácilmente identificable. Hay menos definición en la vida ordinaria, y tampoco existe el aspecto de encanto medieval. El dragón con el que tiene que enfrentarse puede ser un patrono o su mujer, la cual es una prueba mucho más sutil que la que tuvo que afrontar caballero alguno en las antiguas historias.

Asimismo, la dirección principal del desarrollo espiritual conduce por la Vía de la Cruz, que fue el modelo establecido por Nuestro Señor, así como en las leyendas de dioses sacrificados anteriores a él. Es una vía de autosacrificio, un Sendero sobre el Arbol de la Vida hollado una y otra vez, y aunque la Crucifixión pueda no significar una muerte física, es en algunos aspectos mucho más duro vivir la vida por una causa que morir por ella. En caso de que esto le pareciera demasiado deprimente a alguien, no debería olvidarse que después de la Crucifixión viene la Resurrección, y la posterior Ascensión.
 
Hatha Yoga: Este Yoga es el desarrollo de poder sobre el cuerpo, y es inadecuado para Occidente. Las diversas posturas y ejercicios respiratorios del Hatha Yoga tienen un efecto directo sobre los centros etéricos y las glándulas endocrinas, y producen una sensibilidad anormal. El desarrollar un grado tan alto de sensibilidad, mientras se vive una vida normal entre el bullicio y la animación de la civilización Occidental, es hacerle la corte a una crisis nerviosa.

No hay ningún régimen físico estricto que sea necesario para la persecución del ocultismo bajo los métodos occidentales. Es meramente una cuestión de sentido común; y cuestiones de vegetarianismo, abstinencia de alcoholes y de tabaco, son dejadas mejor al individuo para que las resuelva por sí mismo, después de todo, él debería saber lo que le conviene. El principio es uno de moderación y equilibrio, y los resultados en el vivir diario deberían ser la facilidad de función, de modo que no haya distracción corporal para llevar adelante la tarea a mano.

La sensibilidad que se consigue en Oriente por el Hatha Yoga, se induce por períodos temporales en Occidente por el ritual ceremonial. Este es un asunto de elevada destreza, como se mencionó antes, y no debería intentarse fuera de una escuela de Misterios. Para cualquiera que no sea estudiante de una, pero tenga curiosidad por ver la técnica en acción, puede verse y experimentarse asistiendo a una misa católica romana, particularmente una conducida por sacerdotes de una orden contemplativa. Puede ser también una experiencia interesante asistir a un servicio ortodoxo griego o ruso. Pero incluso aquí, poco puede ganarse si se toma la actitud de un mero espectador. Para todos los aspectos del ocultismo y el misticismo, así como para la religión, es básicamente un modo de vida; uno debe comprometerse en la participación activa. Después de que los primeros pasos son tomados por fe, los siguientes pasos resultan llanos, y las pruebas de la validez de la enseñanza resultan evidentes.

Salvo que se tomen los primeros pasos, nada puede seguir. Es por ello que la ciencia, hasta ahora, ha apreciado tan poco la realidad interna que hay detrás de las apariencias.

 
 

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