Cuando los miembros de una logia penetran en el templo, deben efectuar tres vueltas antes de ocupar sus lugares correspondientes. Este acto simboliza la elevación necesaria para desarrollar los trabajos rituales.
Venimos todos de un mundo profano, cargados de problemas, de preocupaciones, en el ámbito físico, emotivo y mental. Para desconectar de esa realidad tenemos que elevarnos por encima de los condicionamientos mundanos. Debemos buscar un ático que se eleve por encima de los demás y que nos permita ver el paisaje que se esconde tras el ajetreo, tras los problemas.
Elevamos nos permite vislumbrar la realidad desde otra perspectiva, por encima de las emociones, de las pasiones que a menudo nos impiden actuar de forma racional. Podemos encontrar así respuestas diferentes y al alejarnos del problema lo veremos más pequeño y fácil de solucionar.
En la vida mundana deberíamos acostumbrarnos también a elevarnos cada vez que tenemos una preocupación, subir a la montaña para ver las cosas desde otra perspectiva. Si resulta difícil desplazarnos, como mínimo salgamos del lugar físico que está relacionado con el desorden y busquemos respuestas en un sitio en el que nos encontremos en armonía con nosotros mismos.
0 comentarios:
Publicar un comentario