El ritual masónico informa de que los trabajos se inician a mediodía y se cierran a medianoche, marcando así el período en el cual debemos mantenernos activos para la mejora de nuestra personalidad profunda.
En la antigüedad los libros relacionados con órdenes iniciáticas solían escribirse con claves o con erratas para que sólo pudieran beneficiarse de sus conocimientos los iniciados. De este modo, solían utilizar la palabra «mediodía» para referirse a la salida del Sol y «medianoche», para su puesta. Si aplicamos este conocimiento a nuestra vida mundana, la salida del Sol debería marcar el inicio de nuestros proyectos y la puesta, su cierre.
En el ciclo mensual, la Luna nueva marca el momento en que la energía de expansión inicia su fase de máximo esplendor, hasta llegar a la Luna llena (pasando por el cuarto creciente). Éste será el período propicio para arrancar cualquier negocio o actividad que deba dar frutos visibles. En cambio, de la Luna llena a la Luna nueva (pasando por el cuarto menguante), será el momento de vender nuestras acciones, de terminar tareas, de dar por acabado un proyecto, una relación, de despedirse de un trabajo.
ENCENDIDO DE LUCES, LA CONEXIÓN
El encendido de las luces representa uno de los momentos álgidos del rito de apertura, ya que simboliza la conexión con el Gran Arquitecto del Universo.
La Luz es símbolo de conocimiento y al encenderlas estamos solicitando la asistencia de fuerzas superiores para la realización de los trabajos.
Terminada la ceremonia de apertura, los miembros se sientan y el Venerable Maestro solicita que durante unos minutos eleven sus pensamientos hacia el GADU, para que la obra fructifique y para que los trabajos de construcción se lleven a cabo de forma justa y perfecta, además de para que la energía del lugar se eleve.
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