Oración de apertura de Trabajos.
Rito Escocés Rectificado, Francia, siglo XVIII.
Gran Arquitecto del Universo,
Ser Eterno e Infinito,
que eres la bondad, la justicia y la verdad.
¡Oh Tu!
que mediante tu Palabra todopoderosa e invencible
has dado el ser a todo lo que existe,
recibe el homenaje que los H.·.
has dado el ser a todo lo que existe,
recibe el homenaje que los H.·.
aquí reunidos en Tu presencia
te ofrecen ellos mismos y por la Humanidad.
Acude y dirige Tu mismo los trabajos de la Orden
y los nuestros en particular:
Dígnate conceder a nuestros propósitos un final feliz,
a fin de que el Templo que hemos proyectado
te ofrecen ellos mismos y por la Humanidad.
Acude y dirige Tu mismo los trabajos de la Orden
y los nuestros en particular:
Dígnate conceder a nuestros propósitos un final feliz,
a fin de que el Templo que hemos proyectado
para elevar a Tu Gloria
estando asentado sobre la Sabiduría,
decorado por la Bondad,
y sostenido por la Fuerza, que procede de Ti,
constituya una jornada de paz y de unión fraternal,
un refugio para la virtud,
una impenetrable muralla para el vicio
y un santuario para la Verdad;
Para que podamos todos encontrar allí
estando asentado sobre la Sabiduría,
decorado por la Bondad,
y sostenido por la Fuerza, que procede de Ti,
constituya una jornada de paz y de unión fraternal,
un refugio para la virtud,
una impenetrable muralla para el vicio
y un santuario para la Verdad;
Para que podamos todos encontrar allí
la verdadera felicidad.
Pues así como tu eres el Único principio
también Tu eres el final por siempre jamás.
Que así sea.
Pues así como tu eres el Único principio
también Tu eres el final por siempre jamás.
Que así sea.
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